'The Host', emoción en estado puro

'The Host', emoción en estado puro
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Sin duda, 'The Host' era una de las películas más esperadas en la 39 edición del Festival Internacional de Cinema de Cataluña (el de Sitges de toda la vida, vamos). Y era una de las más esperadas no sólo, aunque ya esto valdría como motivación, porque Bong Joon-Ho dejó en 2003 una auténtica genialidad titulada 'Memories of Murder' (su segunda película), sino porque lo que había podido verse hasta el momento de 'The Host', es decir, los trailers (el teaser y el internacional, por ejemplo), dejaban una gratísima impresión y hacían esperar un film de terror del bueno, con cimientos sólidos y sin convencionalismos (¿mostrar a la criatura a la luz del día, desvelando el pastel desde el principio? ¡Menudo atrevimiento!). Sin embargo, esos mismos avances que han sabido cómo generar tanta atención no dejan de ser una trampa de peligroso resultado. Al igual que pasara con la excelente 'La Joven del Agua', 'The Host' no es lo que nos venden (y ya empieza a ser preocupante este fenómeno). En varios sitios, aquí en Sitges, podía leerse una frase muy similar a: 'Después de 'Tiburón' y 'Alien'... llega 'The Host'. Una manipulación en toda regla. No pueden compararse, ni en broma. No tiene nada que ver, salvo que en las tres hay un 'animal' que mata personas. 'The Host' es más una comedia sobre el valor de la familia, con toques de crítica social, que un film de terror a lo 'Alien' o 'Tiburón'. Pero, por encima de todo, es una gran película. Tanto que, a pesar del engaño comercial, sólo se oyeron ruidosos y entusiastas aplausos en la sala tras finalizar la sesión. No era para menos.

'The Host' cuenta cómo la aparición de una espantosa y brutal criatura desata un auténtico caos en una ciudad, provocando la muerte de numerosas personas. En una de sus apariciones, se lleva consigo a una niña, ante la impotente mirada de su padre. Si bien al principio se la da por muerta, pronto se descubre que no es así, que la chica está viva y se encuentra en algún lugar oculto donde el monstruo deposita a las personas que devorará más adelante. Se inicia así, por parte de la familia de la niña, una búsqueda desesperada, entorpecida por la labor del gobierno (el coreano y el norteamericano), más preocupada por lavar su reputación y crear una cortina de humo, que por solucionar los verdaderos problemas de los ciudadanos.

Y es que, a pesar de lo que parecía en un principio, el mayor peligro que acecha a los protagonistas de la película no es la terrorífica criatura, sino el poder político y sus estúpidas reacciones. Esto es, por supuesto, una de las sorpresas más llamativas de 'The Host'. Y lo mejor es que está magníficamente expuesto. Porque a nadie se le escapa que los que están en el poder harán todo lo posible por mantener su situación, cueste lo que cuesta. Las vidas de los ciudadanos de a pie les importa un bledo. Lo importante es que en los telediarios se diga lo más conveniente para el gobierno. Lo que toca a la población es lo de siempre: a tragar y a callar. Si hay que inventarse un virus letal con tal de mantener controlada a la población, pues se hace y punto. ¿Y si luego se descubre la mentira? Pues nada, se pide disculpas, se cesa a alguien y a seguir chupando la sangre. Bong Joon-Ho, por mucho que lo niegue en las entrevistas que ha concedido en Sitges, critica duramente al poder establecido y apunta muy especialmente a los Estados Unidos. No es casualidad que el principal responsable de que la criatura aparezca sea un norteamericano, un hombre al que le da igual la salud de los coreanos y obliga a un empleado a vertir sustancias tóxicas en las aguas del río Hwan (por cierto, un prólogo sensacional). Tampoco es casualidad que los médicos, tan incompetentes como rídiculos, sean de la misma nacionalidad. Ni, por último, que sea Estados Unidos quien proponga una solución al problema del monstruo que resulte ser incluso más devastadora que el problema que pretenden resolver. No es necesario recordar el salvaje números de muertos que ha provocado el ejército norteamericano porque Al-Qaeda cometió un terrible atentado, ¿verdad? O que ellos son los únicos que han lanzado dos bombas nucleares contra sendas poblaciones, aniquilando civiles con total impunidad, ¿verdad? Pues claro que no.

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Pero, claro, el monstruo es importante. No es sólo una excusa, el macguffin, es un elemento fundamental en la historia, que permite al director desplegar una variada y excelente gama de situaciones, desde terroríficas hasta cómicas. Los que hayan visto el trailer ya saben cómo es la criatura; los que no, sepan que se van a llevar una gratísima sorpresa. Los efectos especiales cumplen con creces su labor de crear a un monstruo aterrador y creíble. Si bien en algún momento se nota la mano del ordenador, apenas llama la atención y el espectador, automáticamente, lo pasa por alto. Por supuesto, la primera escena en la que aparece la bestia es de lo mejor del film, es de lo más impactante que he visto nunca. Es que te corta la respiración. Toda la secuencia es maravillosa, pero merece destacarse la ejemplar puesta en escena y el brutal ritmo que imprime Joon-Ho. El cineasta coreana se consolida así como uno de los realizadores más interesantes y talentosos del panorama actual. Lo que llama la atención poderosamente es que 'The Host' es un proyecto muy alejado de lo que había hecho hasta ahora, la correcta 'Barking Dogs Never Bites' y la sensacional 'Memories of Murder', ambas muy realistas. Y no es que en 'The Host' no haya sitio para eso, que lo hay y bastante, la cuestión es que no se queda sólo ahí. En cuanto a la humanidad que reinaba en sus anteriores dos películas, señalar que ahí no se ha cedido en nada. Las relaciones personales de los protagonistas es lo más importante en 'The Host'. Es la magnífica mano de Joon-Ho a la hora de retratar a la familia protagonista lo que añade un gran valor a la película. Porque un monstruo hecho con efectos especiales lo podemos ver en numerosas ocasiones, por lo que no puede (o no debe) basarse el film sólo en eso. Claro, si lo que quieres es ganar dinero las dos primeras semanas y que el dvd esté en las estanterías de los frikis del cine de terror, perfecto, no te esfuerces más, con la criatura y unas muertes sangrientas tienes de sobra. Afortunadamente, 'The Host' es mucho más, explora otros campos y es capaz de arrancarnos tantas carcajadas como lágrimas o sustos.

Quizá sea, precisamente, esa variedad de emociones lo más peligroso del film, llegando en más de una ocasión a jugar en su contra. Igual es cosa mía, pero si una bestia asesina persigue a la hija del protagonista, lo último que necesito es que se me cuele una broma. Que sí, que es gracios, pero no tiene ningún sentido. En fin, será algo personal, es posible. Lo que no es tan personal es la tímida decepción que produce el desenlace del film, algo que algunos usarán, por supuesto, para desmarcarse del entusiasmo general. No es el mejor final imaginable, desde luego, pero tampoco se le debe dar demasiada importancia.

En cuanto al reparto, decir que está espléndido. Siempre he defendido la naturalidad y el gran nivel general de los intérpretes coreanos, y aquí tengo otra razón más para fundamentar mi opinión. Siendo un poco injusto (no creo que los otros actores vayan a leer esto, así que me tomo la libertad), merece destacarse sobre el resto al extraordinario Song Kang-Ho, un actor maravilloso que es capaz de protagonizar un thriller violento, dramático y sangriento (la contundente 'Sympathy for Mr. Vengeance') con la misma facilidad que una comedia donde su personaje es un aburrido ejecutivo que quiere triunfar en la lucha libre (la divertidísima 'The Foul King'). Su particular físico se grabará en las retinas de los espectadores menos dados a disfrutar del cine asiático. En 'The Host' tiene un papel destinado más a hacer reír, pero no faltan las escenas en las que demuestra su talento para el drama, sobre todo, claro está, cuando el monstruo toma como objetivo a algún miembro de su familia. Como suele ocurrir en las buenas películas, su personaje está muy bien escrito y goza de una transformación, a lo largo del metraje, tan creíble como necesaria.

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En conclusión, 'The Host' es una gran película, emoción en estado puro, de lo mejor de este año, indudablemente; un film que conjuga magistralmente el género cómico con el de terror, sumando crítica social y ejemplares escenas dramáticas. Como decía antes, no es lo que parece... y me alegro mucho. 'The Host' es la prueba definitiva del enorme talento de Bong Joon-Ho, un cineasta del que vamos a oír hablar mucho en el futuro. Por tanto, ya sabéis, que no se os olvide apuntar en el calendario la fecha del estreno de esta imprescindible película.

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