Sin duda la semana ha estado marcada por el cierre de CNN+, con una despedida profesional hasta el final de sus trabajadores, y con el inicio de las emisiones del canal 24 horas de ‘Gran Hermano’, una conjunción que ha hecho que se cuestionen muchos aspectos del periodismo y la tele que tenemos.
Pero aunque parezca mentira han ocurrido otras cosas. Ha habido otro cierre definitivo que no ha generado tantos comentarios y una polémica que no ha tenido demasiada visibilidad pero que de alguna manera se relaciona con lo anterior. La tele que tenemos da cada vez muestras más evidentes de responder a intereses y eso, por muy inevitable que sea, no deja de resultar reseñable.
Las últimas palabras de CNN+
El cierre de CNN+ ha sido una demostración de fuerza, de que no hay nada por encima del capital por mucho que la mayoría queramos aferrarnos a una serie de ideales. Los más pragmáticos lo verán lógico y los románticos lamentarán la pérdida de pluralidad y el cambio por ‘Gran Hermano‘, una cuestión anecdótica si pensamos que la otra alternativa era 40 Latino, es lo que definitivamente ha hecho saltar las alarmas. Lo que hemos aprendido con esta lección es que nadie va a permitir que la televisión sea lo que podría ser, sino lo que les interesa que sea. Qué queréis que os diga, a mí me duele.
‘Gran Hermano’ 24 horas ya tiene quejas
Que sí, que siendo puristas tienen razón pero creo que tendrían que afinar más para no dar la imagen de enfado porque en las mismas declaraciones lamentan el cierre de CNN+. Me habría parecido mucho más constructivo que hubiesen elaborado un catálogo de incidencias que incumplen la Autorregulación. No debe de ser difícil encontrar esos patinazos: desde la pauta única publicitaria hasta los refritos a horas intempestivas o la emisión de series y películas calificadas para mayores de 18 años en horario infantil. En fin, que se puede tener razón pero, por mucho que se trate de ‘Gran Hermano’, si no se cuidan las formas puede perderse la batalla.
Cultural·es también ha desaparecido definitivamente
Lo que parece estar claro es que, por ahora, Televisión Española va a dejar vacía esa frecuencia y quedamos así a la espera de saber qué contenidos la ocuparán en el futuro. Para Televisión Española no es fácil porque la producción de contenidos propios, la ausencia de publicidad y la necesidad de dar informes periódicos dificultan que puedan hacer demasiados experimentos. Eso sí, viendo lo que ha pasado con CNN+, mejor será no albergar falsas esperanzas y ponernos en el peor de los casos, así cualquier noticia nos parecerá buena.
La financiación de Televisión Española. Hecha la Ley, hecha la trampa
En sentido estricto Televisión Española no tiene publicidad, claro, y las autopromociones no cuentan, pero habría que ver qué obtienen por la venta de DVD; los espectáculos infantiles con las estrellas de Clan; el sello discográfico que vende, entre otras cosas, las bandas sonoras de las series; los libros y demás. Todo un catálogo de productos que se aloja en las páginas web de Televisión Española y que es fuente segura de ingresos. En 2009, cuarenta mil personas asistieron al Festival del Clan previo pago de entradas cuyo precio oscilaba entre 22 y 38 euros. Una cuestión que dejo aquí para el debate porque si bien es cierto que es lógico que quieran vender sus productos, los fines comerciales de las páginas web de la cadena cobran relevancia cuando no hay otros anuncios que molesten. Vosotros diréis.
La polémica de ‘Españoles en el mundo’
La cuestión a debatir sería si en una cadena pública caben contenidos de entretenimiento que reflejen sólo lo que interese a la cadena y no tanto a algunos de los testimonios recabados para el programa, como es el caso. No defiendo la parcialidad o la ocultación de información de algo tan relevante como es el conflicto entre israelís y palestinos y si esto se hubiera llevado a cabo en un documental habría puesto el grito en el cielo pero de ‘Españoles en el mundo’ me lo creo todo porque no es la primera vez que se soslayan aspectos de este tipo. Desde Televisión Española argumentan, y creo que acertadamente, que el espacio forma parte de la división de entretenimiento de la cadena y creo que ahí está el quid de la cuestión. Sé que es un asunto espinoso así que me gustaría saber vuestra opinión: ¿Es lícito que una cadena pública tenga un entretenimiento blanco? ¿Qué pasa cuando ese entretenimiento entra en conflicto con una parte de la realidad que se muestra? Ahí lo dejo.
Como veis, pese a ser una semana medio festiva la tele ha seguido su curso y hemos tenido novedades y debates interesantes. Tengo ya ganas de que lleguen los estrenos de 2011 para ver por qué derroteros se mueve la tele en el año que empezamos y, ya que estoy, aprovecho para felicitaros el año a todos, que nunca está de más.
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