'Pelotas': sus cinco problemas principales

'Pelotas': sus cinco problemas principales
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El hueco que ha dejado en el prime time de los lunes de La 1 la desaparición de ‘La señora’ es una responsabilidad difícil de sobrellevar para ‘Pelotas’, una serie totalmente distinta a la anterior que ya ha caído por debajo de ‘CSI’, y bajando. Se supone que la lucha por las audiencias en Televisión Española sigue siendo fuerte, quieren estar en el tomate, y los datos de ‘Pelotas’ no ayudan. La culpa es de ellos, por programar la serie donde no le corresponde y por obligar a la productora a introducir ciertos cambios que abundan en el humor, pero sigue sin ser un humor al estilo José Mota, que es lo que parte la pana.

‘Pelotas’ tiene una serie de virtudes que se están demostrando, semana a semana, como sus más importantes defectos. Todo aquello que hace que la serie sea una oferta diferente en la parrilla, al filtrarlo por la frialdad de los datos de audiencia se convierte en un lastre importante y a la vista de las promos que la cadena ofrece de la serie, está claro que buscan generar expectativas en el espectador que luego no se cumplen. Es la peor manera de vender una serie: venderla como lo que no es. Si a eso le sumamos que las características esenciales de la serie pueden llegar a ser un problema, desde mi punto de vista podemos distinguir los cinco obstáculos siguientes.

El costumbrismo

Se suele usar este término para definir la serie, quizá porque sea lo que más llama la atención pero, ¿desde cuándo el costumbrismo es un género? Si acaso es una tendencia estética, un planteamiento contextual y, como mucho, una línea transversal de la serie, pero no un género. Si hablásemos de género está claro que tendríamos que hablar de comedia, pero no sólo de comedia. Aquí enlazamos con el segundo problema.

Multiplicidad de géneros

Hay que agradecer que no nos hayan plantado delante una dramedia y bien es cierto que la comedia resuelve todos los conflictos, pero entre esos conflictos también hay misterio, amor, guiños a problemas sociales, claras referencias a la lucha de sexos…,. Precisamente el problema que le veo a este planteamiento es que la comedia no es del tipo Globomedia, muy del gusto del espectador, y se queda a veces en la superficie de la sonrisa y otras llega al chiste malo. Es difícil que puedan sorprender al espectador con historias filtradas por la cotidianeidad.

Tramas resueltas sin contundencia

El que espere de ‘Pelotas’ un golpe de timón que vuelva la serie del revés la lleva clara. En la serie todo fluye hacia la opción menos retorcida y eso la hace muchas veces previsible. Son deudores del costumbrismo que les abandera y lo tienen difícil para salir de ese corsé que les impone cerrar las tramas de una forma realista, aunque su desarrollo pueda llegar a ser surrealista. Por ejemplo: en el último episodio, la resolución del misterio de Rubén, el compañero de piso de Nieves. Después de que gran parte de los diálogos de los personajes femeninos girasen en torno a ese asunto, después de hacerse una idea equivocada y llegar a una detención bastante loca, el secreto del chico era cualquier cosa menos un secreto, pese al componente personal.

Personajes muy estereotipados

El realismo de la serie tiene que contar a la fuerza con personajes vulgares, con defectos vulgares y con virtudes más vulgares aún. El amor y la amistad, los dos motivos principales de la serie, no pueden representarse como la excepcionalidad en un planteamiento contextual normal. A cada personaje, el conflicto que le corresponde por edad y posición. La coralidad de la serie que se ha visto reforzada en esta segunda temporada no deja de estar atada al aire de barrio obrero y, por tanto, a personajes que no pueden salirse de lo común. Si acaso, el raro de turno aparece de vez en cuando, pero la representatividad de la serie limita la evolución de los propios personajes, que tienen difícil el salirse de su carril por mucho que evolucionen.

Emplazamiento en parrilla y promoción

Por todo lo anteriormente mencionado creo que ‘Pelotas’ no es una serie de prime time porque no define un género, no hay conflictos verdaderamente trascendentes y porque la coralidad hace que falten personajes de referencia. A mí la serie me gusta precisamente por eso, que conste, pero entiendo que el grueso de la audiencia prefiera un dramón con todas las letras, una comedia tronchante o una serie procedimental, por poner algunos ejemplos. Que La 1 haga promos anunciando la vuelta de personajes que sólo aparecen en el último minuto del episodio no ayuda y demuestra que quieren darle otro tono más rotundo al producto. Aunque a mí ‘Pelotas’ me gusta como está, creo que a nivel de audiencias mejoraría como culebrón de sobremesa porque si algo le distingue de ellos es la duración de los capítulos y la matización del drama, pero poco más.

En ¡Vaya Tele! | ‘Pelotas’, un arranque discreto de la segunda temporada

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