Anoche La 1 hizo una interpretación barata de lo que tiene que ser una gala de Nochevieja y, con fondo de formato zapping y aprovechando el excelente archivo que tienen, se sacaron de la manga un programa la mar de dinámico y entretenido sobre todo para los que ya tenemos una edad y podíamos ir reconociendo a los artistas que iban apareciendo en pantalla.
Antes de las campanadas hubo un repaso a campanadas anteriores con grandes clásicos como Martes y Trece. No pudieron evitar, porque encajaba en el contexto, poner a Ramón García, que este año no estuvo en cuerpo pero sí en espíritu. Me pregunto si algún inocente cayó en la trampa y se esperó en la cadena para verlo. Después de las uvas, un espectáculo de nostalgia pura y dura como hacía tiempo que no se veía, con artistas nacionales, internacionales y humoristas de todas las épocas y de toda condición felicitando años y mostrando épocas muy pretéritas en algunos casos.
Yo no sé si con este planteamiento habrán conseguido atrapar a la audiencia (mañana saldrán los datos), pero lo cierto es que si la idea responde a la nueva estrategia de contención de gastos de la cadena podemos decir que han empezado a poner en práctica sus propósitos desde el minuto uno del año. Esperemos que les dure. En cualquier caso, el resultado me pareció más que digno y una alternativa saludable y diferenciada a lo que ofrecían el resto de cadenas.
Resulta paradójico pero creo que consiguieron distinguirse de la oferta general emitiendo repeticiones. Si encima les salió barato, como parece, mataron dos pájaros de un tiro. No sé si sería buena idea repetir el experimento más veces pero con el archivo que tienen pueden pasarse años emitiendo especiales de este tipo.
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