Insultar por televisión sale muy barato

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No sé si vosotros lo veréis como yo, pero a mí me está escamando demasiado la cantidad de “excesos” que estamos viendo últimamente en televisión y que luego se arreglan con una cara de arrepentido y unas disculpas por la pequeña pantalla. Primero fue la tan traída y llevada historia de Lama con el Mendigo, luego la MTV disculpándose por los más de 100 tacos pronunciados en su entrega de premios, y ahora el señor Eduardo García Serrano en Intereconomía por insultar de la forma más baja a la Consejera de Sanidad catalana.

Como me decía mi madre cuando era pequeño: “Así también lo hago yo“. Hemos llegado a un punto en el que se puede hacer cualquier cosa por televisión por muy duro que pueda parecer, y si luego se arma un poco de revuelo en las redes sociales, se piden disculpas y ya está, problema solucionado. Ni sanciones, ni advertencias… nada. Pero desde luego no seré yo el que se crea las palabras de arrepentimiento y la falsa cara de cordero degollado del periodista después de soltar lindezas como: “Esta señora es una guarra, una puerca y una zorra repugnante“, todo ello en prime time.

En el momento en que se le pierde el respeto al espectador, se pierde la credibilidad y el rigor periodístico que se supone debe existir en las mesas de debate en televisión, y cosas como ésta no hacen más que crear un vórtice de descalificaciones mutuas entre personas que piensan de forma diferente y que luego se arreglan con las palabras del arrepentido de turno.

Las cadenas (y no me refiero sólo a Intereconomía) deberían tener un poco más de cuidado en este aspecto, y no dar cabida a situaciones que violan la ética y manchan el nombre tanto del periodista como de la propia cadena. El problema de todo esto es que con los gritos, insultos y posteriores arrepentimientos se consigue que se hable de un programa o una cadena determinada a un precio extremadamente bajo (una disculpa). Sólo espero que esto no se convierta en costumbre.

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