Llegar a casa y encender la televisión ha formado parte de nuestra rutina diaria desde hace décadas, un acto que no ha encontrado competidor hasta la irrupción de Internet y de nuevas opciones de consumo de contenido audiovisual como las conocidas plataformas de vídeo bajo demanda (VOD). ¿Estamos ante una amenaza para la televisión tradicional o un formato con el que puede convivir en paz?
Parte de este cambio comenzó con la televisión a la carta —programas ya emitidos por la televisión tradicional y que cada canal ofrece a través de sus aplicaciones—, y ha continuado desarrollándose con la llegada de servicios como Netflix, HBO, Yomvi, Wuaki o Amazon Prime, entre otros. Elegir qué ver se ha convertido en una de las cuestiones claves del ocio, y aplicaciones como Buaala, destinadas a solventar esta problemática con recomendaciones a medida del usuario y de su red de contactos, han nacido y crecido en paralelo a estos servicios de suscripción.
¿Qué le depara el futuro a la televisión tradicional? ¿Cambiarán estas plataformas de contenidos en streaming la forma en la que se consume entretenimiento, dejando morir la televisión tal y como se conoce hoy en día? Hay opiniones para todos los gustos, pero los datos no engañan.
La libertad de decidir qué, cómo y cuando de los millennials
Ya no se llevan a cabo reuniones en el salón de casa con el fin de ver un programa en familia
Desde que llegó a nuestros hogares, la televisión ha sido el centro del ocio en casa —y en familia—. Sociólogos como Pierre Bourdieu la califican como “el mayor instrumento destinado a mantener a la gente junta”. Pero hoy en día, esto ha cambiado. Hay menor mayor deseo de libertad para elegir qué ver.
Esta libertad no podría ser posible sin la conexión a Internet a través de dispositivos como portátiles, tablets o smartphones. Sin ir más lejos, en una investigación sobre las nuevas formas de consumo audiovisual, siete de cada diez jóvenes españoles afirman que disfrutan de la libertad de ver vídeos en cualquier momento y en cualquier lugar.
El tiempo que las audiencias destinan al ocio ha cambiado: si antes se regía por la parrilla televisiva, ahora lo pueden gestionar a su antojo
Con la llegada de la televisión a la carta, ya no es necesario ingeniárselas para no perderse un capítulo de la serie del momento. Ahora existe la posibilidad de poder elegir qué ver a golpe de click, de acceder a cada uno de los episodios emitidos, además de a una amplia lista de programas en diferido.
Teniendo esto en cuenta no es de extrañar descubrir que desde 2011, el número de horas que los jóvenes de entre 18-24 años le dedican a la televisión se ha visto reducido. En cinco años se ha pasado de 24 horas de media por semana a 15 horas. Internet y el streaming killed the television.
Y aunque con estos datos de la mano, todo apunta a que el uso de servicios de emisión de contenidos bajo demanda seguirá aumentando, surgen voces críticas que se resisten a pensar que estamos ante el fin de la televisión tradicional.
La televisión sigue teniendo mucho que ofrecer
Frente a los que piensan que la tele tiene los días contados y que los servicios de suscripción van a ser quienes le pongan fin, hay algo que no podemos perder de vista: la televisión tradicional sigue siendo la opción preferida. El 90% de las personas mayores se ponen frente a la tele a diario en España.
Sigue siendo el punto de encuentro de eventos puntuales que se retransmiten en directo
Y no están solos: un 70% de los encuestados con edades comprendidas entre los 16 y los 34 años también invierte horas en el uso tradicional de la televisión. Una cosa nos queda clara: para el gran público, aún tiene tanto que ofrecer como los servicios VOD.
Y es que a pesar de las transformaciones que está sufriendo y que son obvias, la televisión tradicional sigue siendo el punto de encuentro de todos esos momentos en directo —desde partidos de fútbol hasta las campanadas que traen el nuevo año— que a día de hoy, se siguen viendo mejor con compañía.
Precisamente sobre compartir, la televisión también tiene mucha historia, pero incluso en este aspecto se ha sabido adaptar. No hay más que echar un vistazo a los trending topic en prime time: los programas que se emiten en ese momento en cuestión en la televisión tradicional son los temas más comentados entre los espectadores. Dicho de otra manera: la televisión sigue teniendo el poder de generar debate social y las redes son el principal medio donde se desarrolla.
Este fenómeno ha logrado mantenerse gracias a una evolución en el modo de consumir televisión tradicional, muchísimo más proactivo en la actualidad que en años anteriores. La atención de los telespectadores se reparte entre múltiples pantallas, como la del smartphone o la tablet, para comentar lo que está pasando en ese momento, pero también para elegir qué ver en función de las recomendaciones que realizan aplicaciones como Buaala.
Su principal función se centra en invitar al espectador a comentar los contenidos en tiempo real y simplificar su búsqueda y personalización, recomendando qué ver tanto en la televisión tradicional como en servicios VOD: “proponemos cosas al usuario que nunca hubiera pensado que podría interesarle”. Y para ello, recurren a un motor de inteligencia artificial basado en la inteligencia colectiva que permite ajustar estas recomendaciones a los gustos de cada usuario.
Además de contar con las preferencias personales, desde Buaala añaden que es la primera aplicación que tiene en cuenta el perfil de tus amigos. De esta forma se establecen relaciones entre tus gustos y los suyos, indicándote con quién tienes más en común y haciéndote sugerencias al respecto.
En definitiva, lo que sí nos queda claro de todo este análisis es que el contenido sigue siendo el rey. La competencia por ofrecer lo que el espectador quiere está siendo dura y a eso hay que sumarle una tendencia en auge: el de los usuarios que demandan consumir imágenes y vídeos en una parrilla a su medida. ¿Podrá la televisión tradicional transformarse, evolucionar y quedarse con parte del pastel de las audiencias?
Imágenes | IMDB
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