'The Blacklist' por fin da respuestas

'The Blacklist' por fin da respuestas
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'The Blacklist' ha sido de los pocos estrenos de esta temporada que ha podido considerarse un éxito real. Es cierto que le ha ayudado mucho emitirse durante gran parte del año detrás de 'The Voice', pero ha conseguido aguantar decentemente en las semanas en las que no ha tenido ese paraguas, razón por la que NBC la convertirá en uno de los pilares de su programación para la próxima temporada, presentada hace unos días en su upfront.

Hasta que llegue ese momento, veamos primero cómo ha terminado la serie su entrega inicial de 22 capítulos, una entrega que, al final, ha ido tejiendo en la trama serializada de fondo los casos de la semana que el equipo de Elizabeth Keen iba resolviendo. Todos esos criminales de la lista de Reddington terminan estando relacionados con el gran villano de la serie, Berlín, ése que "planta" a Tom, uno de sus agentes, en la vida de Lizzy para que ella le encamine hacia Reddington, su verdadero objetivo. ¿Y por qué la utiliza precisamente a ella? Es una de las respuestas más obvias que da el final de temporada.

Un vistazo a…
ENFOQUE PROFUNDO Y LENTES PARTIDAS

Red y Elizabeth

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Desde que el piloto de 'The Blacklist' se vio en Comic-Con, el pasado mes de julio, quienes lo vieron buscaban una respuesta a por qué Reddington se entrega al FBI y pide específicamente trabajar con la agente Keen, una novata con muy poca experiencia de trabajo de campo. Ya entonces se especuló con que, en realidad, Lizzy es la hija perdida de Red, ésa que han intentado hacernos creer que estaba muerta. Pero, realmente, era la única solución con algo de sentido a esa incógnita, y la imagen de la espalda de Red con las cicatrices de las quemaduras, y la foto de la hija de Berlín, termina de confirmarlo.

Lo cierto es que el dúo formado por James Spader y Megan Boone ha sido lo más entretenido de ver la serie. Spader ha tenido todos los monólogos floridos para lucirse que ha querido, y Boone se ha visto en su mejor momento cuando Keen tiene que seguirle el juego a Red en alguno de sus engaños para conseguir información. Que ambos trabajen juntos convierte los capítulos en un entretenimiento bastante disfrutable, y salva que la trama del grupo especial del FBI y su persecución de los integrantes de la lista apenas ha tenido algo de emoción. En ese aspecto, el episodio más logrado fue el del hiato invernal, cuando Keen acaba protagonizando una versión reducida de 'La jungla de cristal' para intentar acabar con los hombres que se infiltran en la sede del grupo.

Una conspiración sobre la marcha

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Dentro de 'The Blacklist' hay otra versión en la que Red y Liz van por el mundo, al estilo de una serie de USA, resolviendo todo tipo de encargos, pero lo que en realidad quieren mostrarnos es cómo Reddington no es más que otra pieza en esa conspiración en las altas esferas políticas estadounidenses que a veces parecía sacada directamente de 'Expediente X', por lo vago que era todo. Al menos, al final tenemos una idea de que ese grupo internacional de hombres poderosos, y misteriosos, al que pertenece el personaje de Alan Alda estuvo involucrado de alguna manera en el asesinato de la hija de Berlín, y que Red tomó parte en él.

Todo está motivado por una venganza personal, lo que no es un mal toque, y ahora que las cartas están casi todas sobre la mesa, la segunda temporada puede ser algo mejor que esta primera, cuyo principal fallo era su empeño en alargar todo lo posible el misterio de lo que estaba pasando en realidad. Saber que Red es el padre de Lizzy (me gustaría ver cómo lo explican todo de otra manera), y saber también los motivos por los que no quiere que ella lo sepa, le confiere una capa interesante a la historia y a la relación de los dos personajes alrededor de los que gira la serie.

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La primera temporada de 'The Blacklist' ha confiado demasiado en que a los espectadores les intrigaría averiguar qué relación hay realmente entre Red y Keen, y también ha tirado en exceso de un tono muy serio y grandilocuente para las investigaciones que amenazaba con hacerlas aburridas a veces, y que contrastaba con la sensación de diversión que transmitía Red cuando iba a buscar información por su cuenta, incluso aunque fuera el tipo más peligroso de todos. Los agentes del FBI han estado muy pocas veces a la altura de los ingeniosos criminales que debían capturar, quedando como poco más que los chicos de los recados de Reddington. Sin embargo, la serie ha tenido capítulos entretenidos y que lograban crear algunos momentos de tensión, y ver compartir escena a Spader y Boone resultaba muy entretenido.

En ¡Vaya Tele! | 'The Blacklist', una serie que crece con cada caso

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