'The Big C' vuelve más divertida que nunca en su segunda temporada

'The Big C' vuelve más divertida que nunca en su segunda temporada
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Cathy ha vuelto más recuperada que nunca en su segunda temporada. Showtime lleva ya varios capítulos emitidos de la segunda de ‘The Big C‘ y podemos decir que se está consolidando como una gran comedia. Tras ese final de temporada en el que parecía que todo podía pasar a otros mundos más… ¿felices?, vemos que el tratamiento al que se sometió Cathy no tuvo el efecto esperado.

Pero los guionistas supieron construir ese final de temporada tan emotivo con el que lloramos más de uno, por culpa de un garaje lleno de regalos y un ‘Lullaby’ de Sia que no dejó indiferente a nadie. Ahora Cathy ha despertado de su sueño la vemos más ligada que nunca a su marido, con el que hasta entonces siempre había tenido una relación bastante distanciada en el tiempo en el que aparecían juntos en pantalla.

Los secundarios, ¡esos secundarios!

Cathy Jamison demostró ser un buen principal, pero su mejor amiga, su hermano y su alumna, por citar algunos de los secundarios, demostraron estar tan a la altura de ella en la primera temporada. Ahora nos encontramos con un Sean que deja de cabrearse con el mundo capitalista y el consumismo para cabrearse también con su propia hermana al descubrir su cáncer, gracias a una Rebecca loquísima que está a punto de tener una hija con Sean a la que llamarán… ¡Cathy!

Sin duda, tiene pinta de ser uno de los personajes con más peso de la temporada, y encima la tenemos viviendo con Sean en la ex-casa de Marlene. Promete protagonizar momentos muy buenos como madre absolutamente paranoica de la vida. Por cierto, parece que el set de la cocina de Cathy será testigo de muy buenas escenas de humor entre ambas amigas. Se repiten conversaciones tan divertidas como ésta de la primera temporada:

Adam sigue igual de crío que antes, pero ha crecido un montón. Tanto que empieza a desarrollar algunas cualidades que protagonizarán momentos muy divertidos entre las chicas del colegio. Hormonas going crazy en sus tramas.

Marlene, ¿qué haces ahí?

Una de las cosas más desconcertantes de esta divertida vuelta es una extraña y muy poco convincente reaparición de un supuesto fantasma de Marlene que sólo ve Cathy en determinados momentos, y que no hace absolutamente nada más que reirse de ella, o eso parece. Mi pregunta es, ¿por qué revivir este personaje? Es una técnica de guión tan retrocutre que puede estropear malamente una comedia como esta. De momento, confío en que esto sea un “efecto secundario” de la medicación contra el cáncer.

Por otra parte, la relación tan cercana que veíamos en la primera temporada entre este personaje y Cathy parece transferirse hacia Paul, su marido, que ahora está más cerca de ella que nunca. Si en la primera temporada no nos convencía demasiado como compañero de vida amorosa para Cathy, en esta se consagra como alguien perfecto para ella, tan loco y tonto como divertido. Muy destacable el “momento porros” del season premiere. Te colocas de risa:

El colofón final de esta vuelta viene con la enorme, literalmente, Gaboury Sidibe. Andrea acaba mudándose a casa de los Jamison y pasará muchas, muchas horas cerca de Cathy. Ya tenemos asegurada la comedia. ¿Te convence esta vuelta? A mi desde luego sí.

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