'Taken', esta venganza sin Liam Neeson no es lo mismo

'Taken', esta venganza sin Liam Neeson no es lo mismo

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'Taken', esta venganza sin Liam Neeson no es lo mismo

A veces se producen pequeños milagros como ‘Fargo’, pero lo cierto es que la mayoría de adaptaciones televisivas de películas de éxito están muy lejos de ser imprescindibles y en no pocos casos se acercan más a ser una pérdida de tiempo que cualquier otra cosa. Sin embargo, siguen estrenándose series así y, pese a que la mayoría no está funcionando como las cadenas esperaban, aún no hay señales de que vaya a ir a menos.

Ayer fue el turno de ‘Taken’, una precuela de la franquicia ‘Venganza’ que ha perdido a Liam Neeson, el gran reclamo de la trilogía escrita y producida por Luc Beeson. De hecho, las películas dependían tanto de Neeson que sobre el papel cuesta entender qué vio NBC en ella para darle luz verde sin pasar por la casilla del piloto. Visto su primer episodio, no puedo decir que haya sido realmente malo, pero sí monótono y con muy poco que aportar.

La familia sigue siendo lo primero

Algunos spoilers a partir de aquí.
Taken Nbc

Todo aquel que haya visto alguna de las películas tiene claro que la familia era lo primero para Bryan Mills –algo que en las dos secuelas intentaban usar en su contra con escaso éxito-, algo que su precuela televisiva recupera para convertir en su motivación principal para hacer todo lo que llegue a contarnos. Aquí es la pérdida de su hermana lo que motiva esa cruzada personal en la que poco le importa su supervivencia si consigue vengarse.

Sin embargo, Alexander Cary, showrunner de la serie, tenía la necesidad de no convertir el episodio en un relato cerrado que nos dejase sin ganas de ver nada más y ahí empiezan a surgir los problemas para ‘Taken’. ¿Cuál es el problema? Que la acción queda reducida de forma notable, estando presentada además de una forma estándar totalmente alejado de cualquier forma de entender lo vibrante, pero es que lo que se introduce a cambio tampoco motiva demasiado.

Una propuesta genérica

Bryan Mills

Eso es algo que puede cambiar en el futuro, y la presencia de Jennifer Beals al menos incita a pensar en esa posibilidad, pero lo que ha planteado ‘Taken’ en su piloto ha resultado de lo más insípido, una especie de acercamiento genérico a un personaje que sin Neeson podría llamarse de cualquier otra forma sin que la serie cambiase en nada. Eso no quiere decir que Clive Standen lo haga mal, pero sí que tiene que jugar con un material que parece que simplemente no va a dar más de sí.

A partir de ahora nos queda la posibilidad de agarrarnos a la esperanza de que Mills vaya captando nuestro interés a medida que desarrolla su particular set de habilidades y que surja la química adecuada entre Standen y Beals para crear una dinámica lo suficientemente entretenida para lo que tiene toda la pinta de que va a ser un procedimental con algunos apuntes de largo recorrido -esa venganza por su hermana muerta-.

La cuestión es que su primer episodio la convierte en una aspirante a serie para ver mientras comes o planchas, es decir, sin prestarle demasiada atención porque tampoco la va a requerir, y de esas hay ya muchas. Aquí no hay ese protagonista que te enganche para pasar por alto sus debilidades y en términos de trama sólo hay una promesa de algo que no les queda otra que estirar al máximo para seguir teniendo serie.

En definitiva, un piloto genérico que en realidad tampoco es mucho peor que la segunda o la tercera entrega cinematográfica -allí más acción había, pero el trabajo de puesta en escena no era, ni de lejos, el ideal-, pero allí tenían a Liam Neeson para animar el cotarro y aquí, bueno, aquí no hay nada con el suficiente gancho. Ojalá eso cambie, pero creo que yo no estaré ahí para comprobarlo.

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