'La hormiga Ferdy', la clásica serie infantil con buenos valores que tenía su lado gamberro y soltaba frases como: "A todos nos llega nuestra hora"

Nos ponemos nostálgicos para recordar a la hormiga más famosa, después de la atómica. TVE estrenó la serie en marzo de 1989

Ferdy
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La nostalgia es un sentimiento muy de domingo: en cuanto llega este día ya estamos sintiendo morriña por el finde que se va. Por eso en Espinof dedicamos el día a rememorar algunos de nuestros recuerdos televisivos; algunos, escondidos en algún recóndito lugar de nuestra memoria. Ni siquiera somos conscientes de que están ahí, porque nunca volvemos a pensar en ellos.

Pero basta una canción para reavivarlos. Sí, puede que muchos no sepáis quién es 'La hormiga Ferdy' porque ni siquiera habíais nacido, criaturas. Pero los de la Generación Bola de Cristal (va por nosotros) canturreábamos cada sábado, después del telediario, esta melodía...

Un personaje casi centenario

"-Ferdy es valiente, Ferdy, inteligente, tiene gran valor, (Ferdy es valienteee)...
Es el más querido, Ferdy, por sus amigos, él es el mejor (el mejooooor)."

El daño ya está hecho: no os la podréis quitar de la cabeza en una semana. Muchos habréis descubierto que os la sabíais, palabra por palabra. Pero vuestro recuerdo del "simpático" personaje va a cambiar, os lo aseguro. Los que no sabéis nada de Ferdy os estaréis imaginando la típica serie blanca y ñoña. La historia de unos insectos que son amigos, viven el el bosque y se ayudan los unos a los otros. Básicamente ese sería el storyline.

Pero Ferdy era mucho más subversivo que todo eso, como veréis. Antes, repasemos la historia del personaje, que no nació como serie animada sino como protagonista de una viñeta en una revista checa en 1927. Se llamaba Ferda y sus historias eran para adultos.

En 1933, con la guerra como tema principal de sus metáforas gráficas, Ferda pasó a publicarse en un periódico. En 1936, su creador, el ilustrador Ondřej Sekora, lo adaptó al público infantil en una serie de libros.

Y entonces le llegó la fama: película con marionetas, historias narradas para gramófono... Y, con casi 60 años, su propio show en televisión o una representación musical en la Ópera de Praga. Fueron los alemanes y no los checos los que en 1984 adaptaron el personaje a serie infantil de 26 capítulos y la llamaron Ferdinand ('Die grosse Abenteuer des kleinen Ferdinand').

A España llegó como 'La hormiga Ferdy' cinco años después para sustituir a un mítico: 'Isidoro'. Por supuesto, en TVE, porque aparte de algunas autonómicas, no había otra cosa: primero en la 1 y, en 1990, en La2.

¿De qué iba Ferdy?

Ferdy es una hormiga macho, "alegre y servicial". Vive en el bosque, junto a otros insectos perfectamente organizados en una microsociedad, que contaba, incluso, con su propia policía. Su medio perro medio mariquita Fisgón, su mejor amigo, el escarabajo Torpón, su caballo-saltamontes o la araña Arámbula eran otros de los protagonistas. Ferdy y el resto (o al menos esa era la intención al convertirla en serie infantil) nos enseñaban los típicos buenos valores: respeto, amistad, solidaridad...

Ferdy

Pero habría que añadir algunos matices a este argumento. Sí, era la historia de unos bichos y su día a día en el bosque. Sí, transmitía buenos valores. Pero también tenía un lado "Thug Life" que jamás entendí cuando era pequeña; momentos en los que Ferdy se ponía macarra.

Cierto que ayudaba a sus amigos y con su servicio de reparación de electrodomésticos, que, en contra de toda lo que la economía nos ha enseñado sobre oferta y demanda tenía éxito, prestaba un servicio a esta pequeña sociedad (porque nunca se le vio cobrar por ello). Hasta aquí todo bien. Pero cuando la supervivencia estaba en juego, o a veces por muchísimo menos, Ferdy recurría a métodos poco ortodoxos.

Por eso es tan irónico que el ABC recogiera así la noticia de su estreno: "Este tipo de dibujos parece responder a los deseos de la Comisión de Control Parlamentario de RTVE, que se ha mostrado partidaria de evitar los mensajes violentos e insolidarios en los programas infantiles". Juzguen ustedes mismos. Esto es lo que hace Ferdy con tipejos como Óscar, el caracol, que roncan demasiado fuerte:

Ferdy Tengo una idea: metámosle esta bomba en su concha para que se largue de aquí.

Al bueno de 'Bob Esponja', por muchísimo menos que esto le acusaron de exaltación del terrorismo. Imaginaos si esos que se chivaron de Bob vieran esta escena o el uso y abuso de tabaco, alcohol y benzodiacepina (sedantes varios) de la araña Arámbula (todo por los ronquidos).

El botiquín de Arámbula la araña El botiquín de Arámbula la araña

Sin embargo, Ferdy y sus amigos no eran los malos. Las malas eran las libélulas. Que, por cierto, además trabajaban como aviones (Libélulas Líneas Aéras) que comunicaban el aeropuerto con distintas zonas de este micromundo. Tampoco eran la única amenaza: repito, no iba de unos amiguitos que vivían en paz y en armonía; a veces se querían comer los unos a los otros, como es natural. "A todos nos llega nuestra hora", reconocen en un episodio.

Rodeado de insectos más grandes que tú y otros enemigos, eso puede ser en cualquier momento. Menos mal que de vez en cuando Ferdy lanzaba un mensaje pacifista como: "No podemos permitir que se ahogue", después de enredarle las alas a una libélula y tirarla a una charca. Pero cuando se trataba de sobrevivir, Ferdy no siempre mostraba piedad: reduce a su némesis, el oso hormiguero, atando su lengua a un tronco (sí, al parecer lo de enredar era su marca personal).

Gwendolyn

Pese a que nos la venden como un personaje alegre viviendo mil aventuras también tenía muchos momentos depresivos. Ferdy estaba enamorado de Gwendolyn, una mariquita rubia, egoísta y presumida que le humillaba constantemente dejándole claro que estaba fuera de su liga mientras él se desvivía por ella. Y lo asumía con resignación, como un deber: "Las cosas que tiene uno que hacer por complacer a una dama".

A nivel de calidad artística, no es muy diferente del resto de dibujos de la época. Por temática y "escenarios", es fácil relacionarlos con otros como 'La abeja Maya' o 'Belfy y Lillibit'. Eso sí, el doblaje era bastante lamentable y la mayoría de las veces ni siquiera mueven la boca cuando hablan. Bendita inocencia la nuestra, que en aquellos tiempos nos parecía todo bien.

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