Jaime Pressly hace que la comedia 'Jennifer Falls' se pueda ver

Hay quien admira a Jaime Pressly por su trabajo en ‘Me llamo Earl’ pero yo le tengo aprecio por una obra anterior y bastante estúpida, esa parodia de las películas teen llamada ‘No es otra estúpida película americana’. La cantidad de caras conocidas que se pasearon por esa película es de escándalo para aquellos que disfrutan de la televisión: Chris ‘Capitán América’ Evans, Chyler Leigh, Josh Radnor, Mia Kirshner, Melissa Joan Hart, Samaire Armstrong en el papel de siamesa unida a su hermana por la cabeza, y muchos más.

No era precisamente arte y ensayo pero allí Pressly ya demostró ser una actriz cómica muy solvente como la cheerleader excluyente del instituto. Su interpretación en ‘Me llamo Earl’ le sirvió para marcarse perfil pero cuando la serie fue cancelada se quedó un poquito olvidada. Ni tan siquiera ganar un Emmy le garantizó una carrera más sólida en televisión y por esto no es extraño que haya aterrizado en el canal TV Land con 'Jennifer Falls'.

Este canal del cable básico americano tiene una oferta bastante curiosa. Son quienes aprovecharon el auge de Betty White de hace unos años fichándola para ‘Hot in Cleveland’, donde debía ejercer de actriz invitada y la hicieron fija, y quienes han recuperado a Kirstie Alley y Fran Drescher. Es un canal que reivindica las comedias de antaño y por esto recupera viejas glorias, aunque tanto ‘Kirstie’ como ‘Happily Divorced’ fueron bodrios severos. Drescher pudo tener sentido en el pasado pero en el presente es un animal desfasado, ella y el humor que evoca con olor a laca barata.

Pero el vehículo de Pressly, ‘Jennifer Falls’, es distinto. No intenta recordar las sitcoms clásicas sino que es una comedia single-camera, lo que significa que no tiene público en directo y risas por todas partes. Y si bien su humor se podría aplicar perfectamente a este otro estilo y tampoco se podría calificar como una serie moderna, es un alivio no tener que soportar otra serie desfasada. Hubiese sido muy triste ver a Pressly en más bazofia como ‘I hate my teenage daughter’ que se emitió en FOX y ya estaba caducada cuando se estrenó.

De ejecutiva agresiva a camarera

En este caso, la actriz interpreta a Jennifer, una ejecutiva tan agresiva que sus jefes la acaban despidiendo porque les da miedo ella, sus gritos y sus salidas de tono. Así que rápidamente se encuentra en la banca rota en el pueblo de su infancia, viviendo en casa de su madre y trabajando en el bar de su hermano con su cuñada a la que odia y que adora darle lecciones ahora que está por encima. La agresividad no es el argumento de la serie, según muestran los primeros episodios, sino una simple excusa para situar a Jennifer en esta situación.

Los fans de ‘Arrested Development’ se sentirán como en casa con el piloto porque Jessica Walter es la madre y Jeffrey Tambor hace una aparición como jefe (probablemente para no salir nunca más). Walter, además, hace el mismo papel de siempre que le sale tan bien, el que ya hemos visto como matriarca Bluth, en las primeras temporadas del reboot de ‘Sensación de Vivir’ y en ‘Archer’, con lo que hay una buena secundaria en la ficción.

El material del que disponen Pressly y Walter, sin embargo, no es ninguna joya. Es una comedia que no tendrá ningún sentido para aquellos que digan “quiero una buena serie”: son situaciones que ya hemos visto varias veces en los últimos diez años, no aporta una perspectiva diferente y el humor procura no pasarse de la raya, lo que hace que sea muy inofensiva.

Pero el reparto, completado por Missi Pyle como la mejor amiga, aporta suficientes elementos como para darle una oportunidad, siempre que se asuma que sólo aspira a ser entretenidilla. No hay mucha más oferta cómica para este verano (quedan algunas comedias de FX para estrenar), así que hay que mirar la cara positiva: siendo de TV Land, podría ser infumable.

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