Las cuentas claras con Hijos de Babel

Las cuentas claras con Hijos de Babel
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Hijos de Babel es un programa rentable, de eso no hay duda, de lo contrario ya habría sido cancelado. Pero más allá de la evidente no cancelación, hay señales que indican que están ganado mucho dinero con el programa. Llevo revisando hace días las distintas emisiones en las que se fractura el formato y se me plantean una serie de preguntas.

Observo con estupor cómo el verdadero programa de Hijos de Babel no es la gala semanal que TVE desterró a La 2 y que este último miércoles hizo apenas seiscientos mil espectadores. Esta gala semanal sólo sirve para dar contenido al verdadero programa al que desde la web de la cadena han tenido a bien llamar Hijos de Babel Casting, pero que de casting no tiene nada.

Hijos de Babel Casting se emite diariamente a las tres de la tarde en La 2, apenas dura veinte minutos y su contenido diario es una especie de lista de éxitos doble que combina los datos de las canciones más descargadas, con el consiguiente mensajito de envía tal para tener el politono, con los datos de los cantantes más votados, también animando al televoto. Obviamente, para poder ofrecer canciones para móviles y elaborar una lista de favoritos, se nutren de los contenidos de una gala que ve muy poca gente.

Me pregunto dónde habrán quedado las ínfulas de hermanamiento de culturas con las que intentaron vendernos el proyecto inicial. Ahora todos piden el voto a la gente de su nacionalidad y listo, porque sólo se trata de eso. La música como elemento vertebrador y demás historias de esas se han quedado en el tintero. Esto no me pilla por sorpresa, claro, es televisión, era cuestión de tiempo que se pusieran en evidencia a sí mismos.

Así que si Hijos de Babel da dinero, y mucho, a juzgar por las estrategias de emisión, ¿cómo piensa TVE gestionar esos ingresos? Está claro que hacía tiempo que en la cadena no tenían un éxito tan subterráneo como éste. No recuerdo otro caso en el que un programa sobreviviese a base de vender politonos, independientemente del éxito de audiencia. ¿Es esta la forma en la que se supone que debe proceder una televisión pública? ¿Se deben privilegiar los ingresos sobre la calidad de los programas? Ahora que estamos en campaña, a ver si alguien se decide a hacer una verdadera regularización del Ente Público porque la existencia de programas fantasmas habla ya a gritos de una crisis profunda de identidad y de criterio.

Más información | Web del programa En ¡Vaya Tele! | Hijos de Babel condenado al destierro

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