Cinco razones por las que 'El jefe infiltrado' puede ser el heredero de 'Pesadilla en la cocina'

Cinco razones por las que 'El jefe infiltrado' puede ser el heredero de 'Pesadilla en la cocina'
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Cerca de tres millones de espectadores decidieron acercarse al estreno de 'El jefe infiltrado', el nuevo programa de laSexta que adapta en nuestro país el formato estadounidense 'Undercover Boss'. La cifra convirtió al espacio en el estreno de entretenimiento más visto de la historia de la cadena, un hecho al que ayudó la falta de programas potentes por parte de las dos principales cadenas privadas de nuestro país, Antena 3 y Telecinco. Estas dejaron a sus cadenas pequeñas que ofrecieran sus nuevos programas para intentar conquistar a los espectadores y al final fue 'El jefe infiltrado' el que se impuso a la llegada de 'Un príncipe para Laura'.

Lo curioso de la noche es que ambos programas estaban producidos por Eyeworks Cuatro Cabezas, una productora con experiencia en el mundo del entretenimiento televisivo. Su sello se encuentra bajo el éxito de 'Pesadilla en la cocina', el otro gran programa de entretenimiento de laSexta, cuyo éxito alzó los programas centrados en el mundo de la cocina en nuestra parrilla televisiva. Ahora, con el estreno de 'El jefe infiltrado' laSexta cuenta con un programa que podría coger el testigo de 'Pesadilla en la cocina', no solo en cuanto a número de espectadores sino también en estilo, ya que, aunque diferenciados, ambos espacios guardan similitudes en cinco aspectos concretos por los que han destacado tras su llegada a la televisión.

Trabajo a examen

La premisa de 'El jefe infiltrado' es la de valorar el trabajo que hacen determinados empleados en una empresa. En este caso es el jefe quien, tras un proceso de caracterización, se infiltra en la vida diaria de los trabajadores y observa lo que hacen, algo parecido a lo que realiza Alberto Chicote en 'Pesadilla en la cocina'. En este sentido, el espectador puede examinar el trabajo realizado en ambos programas, criticar si lo desea a quienes actúan bien o mal y ponerse en la piel del supervisor. Este papel, en el caso de 'El jefe infiltrado', varía con cada nuevo jefe, algo que no ocurre en 'Pesadilla en la cocina' que siempre tiene el carisma de Chicote como elemento atractivo para el público.

Conflictos constantes

Del primer punto podemos extraer este segundo, ya que esa supervisión deriva hacia esas escenas conflictivas que ponen en el punto de mira a quien tiene el control de la situación. En el caso de 'Pesadilla en la cocina' vemos como Chicote se enfrenta constantemente a todos los conflictos, algo que fomenta el morbo y alimenta la curiosidad hacia el programa. Lo que encontramos en 'El jefe infiltrado' es más sutil, ya que el supervisor no puede enfrentarse directamente a esas situaciones sin desvelar su identidad, aunque eso no es motivo para que le veamos enfadado, llevándose las manos a la cabeza ante una situación insostenible o indignado ante la actitud que tienen algunos trabajadores.

Seudosolución final

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Tanto 'Pesadilla en la cocina' como 'El jefe infiltrado' tienen unos finales en los que parece que todo va a ser un camino de rosas tras la ayuda recibida. En el caso de los restaurantes, el programa de Chicote corre con los gastos de la profunda reforma del local y ayuda en lo que pueda a facilitar el trabajo de los empleados. Mientras, en 'El jefe infiltrado' se intenta poner medidas para mejorar las condiciones de los trabajadores y se premian a aquellos que han tenido más problemas o que demuestran más destreza tras estar trabajando sin saberlo con su propio jefe.

En ambas situaciones se trata de una solución muy efectista para la televisión pero que sabe a poco a la hora de dar un cambio definitivo a cada negocio. El espectador es consciente de que estos remedios no son definitivos para que las empresas comiencen a ir sobre ruedas y superar sus problemas. Así, ambos programas requieren del buen corazón de la audiencia para pensar que la grabación de esos espacios ayudó a cambiar radicalmente la vida de jefes y trabajadores.

Historias humanas

Las personas y sus historias de fondo son las grandes protagonistas tanto de 'Pesadilla en la cocina' y 'El jefe infiltrado', donde se intenta no dejar a un lado la parte humana que hay detrás de cada grabación. Trabajadores con problemas económicos, conflictos familiares y laborales o personas a las que la vida le ha tratado mal son aspectos que no solo se buscan en ambos formatos, sino que se intenta explotar al máximo para fomentar el morbo del espectador. En el caso de 'El jefe infiltrado' se muestra de una manera más forzada, a través de conversaciones que no siempre llegan a resultar naturales para la audiencia.

Voz en off

Voz en off, vídeos previos o la elección de la música son algunos de los aspectos técnicos que también señalan hacia esta semejanza de ambos formatos. Aquí el sello de Eyeworks Cuatro Cabezas es inconfundible, ya que parece que con 'El jefe infiltrado' se ha buscado copiar algunos de los elementos más característicos de 'Pesadilla en la cocina' para dar a luz un programa que logra desprender la misma esencia. El resultado ha sido más que satisfactorio y hace que consigamos observar esa similitud pero no de tal manera como para pensar que se trata de una vulgar copia del programa de Chicote.

El sorprendente éxito del estreno de 'El jefe infiltrado' parece que ha hecho que laSexta encuentre otra pepita de oro de la que sacar rendimiento en las próximas semanas. Como hemos visto, tanto 'El jefe infiltrado' como 'Pesadilla en la cocina' tienen características similares y, tras su buena acogida, laSexta podría seguir buscando programas de este estilo para situarlos bajo su marca. Una manera de seguir haciéndose fuerte en el prime time y de conseguir una mayor diferencia en la particular batalla que vive con Cuatro, su principal competidor, al que por ahora sigue llevándole ventaja.

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