'Volando voy', otro enfoque para el mundo rural

'Volando voy', otro enfoque para el mundo rural
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Entre los estrenos de la semana, puede pasar desapercibida el aterrizaje de la nueva temporada de 'Volando voy'. Nos llegó ayer y cumplió con un 7,4% del share que, sin duda, anima la media mensual de Cuatro que transcurre en el 6,8%. Es normal que una parte de la audiencia disfrute con este tipo de contenidos. Recupera un tipo de televisión que casi no tiene cabida en prime time pero le da una vuelta de tuerca muy fresca.

Y tiene a Jesús Calleja. Estamos viendo, cada vez más, formatos televisivos que se vinculan totalmente a la fuerza de su conductor. Calleja demuestra, con cada nuevo espacio que Mediaset le ofrece, que es un showman muy hábil, de ésos que sabe conjugar los ingredientes necesarios para conectar con la audiencia desde la simpatía y la naturalidad.

Popurrí de formatos

'Volando voy' viaja hasta enclaves de nuestro país que tal vez no sean conocidos por todo el mundo. Son pueblecitos, comarcas... protagonistas de un mundo rural que, muchas veces, nos sorprenden por una vidilla que aquellos que habitamos en lugares más grandes no les presuponemos. El programa sabe traernos las cualidades del espacio y nos regala con su tradición, pero mira hacia adelante, hacia el futuro de la zona y no sólo se recrea en aquel "cualquier tipo pasado fue mejor".

Una de las características fundamentales para entender que el espacio sea entretenido, dinámico y familiar (qué difícil) es el popurrí de formatos que nos presenta. Tenemos el género de aventura en el que Calleja se mueve tan bien. Pero se adereza con toques costumbristas, con humor, con historia, con arqueología, incluso con concursos de cocina.

Y es que la clave, seguramente, reside en enfocar en las personas que habitan en ese lugar. Los auténticos protagonistas son los que construyen el espacio cada día. El programa empieza con una enorme reunión. Todos se juntan para ver, en una gran pantalla, la grabación. Se ríen con las ocurrencias de sus vecinos como haríamos cualquiera de nosotros. La parte humana siempre sirve para conectar de una forma maravillosa.

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