No hay buenas noticias para 'Las Noticias de las 2'

No hay buenas noticias para 'Las Noticias de las 2'
Facebook Twitter Flipboard E-mail

Ana Morgade, Silvia Abril y David Fernández llegaron anoche a Cuatro con la (sana/admirable/respetable) intención de hacernos reir. A priori parecía fácil, teniendo en cuenta que hablamos de tres pesos pesados del humor que se han criado y formado como cómicos en la Masia de Buenafuente, y que ‘Las Noticias de las 2’ lleva el sello de El Terrat. Con todo, su mensaje perdió fuerza al sustentarse sobre chistes, como ellas mismas reconocían, “para niños de siete años”.

El planteamiento inicial era bueno: Silvia Abril borda el papel de “desequilibrada” y Ana Morgade está a la altura de su compañera, como tampoco tenía problemas a la hora de brillar con luz propia junto a un gigante como Buenafuente. David Fernández no necesita mucho para convencernos porque está bien en cualquier personaje. Pero, quizás, esperaba algo más que fotos de perros con pelucas. Quizás presuponíamos que no caerían en el chiste fácil, menos áun de “culos”. Esperábamos un ejercicio de humor más bizarro, algo más surrealista y absurdo. Algo que se aproximara más al modo de hacer de la factoría Hill Valley que a todos esos experimentos fallidos que han pasado por la tele, incluido el suyo propio. Si ‘Frikiliks’ (el precursor de lndl2 en el access) no convenció a la audiencia, ‘LNDL2’ obtuvo ayer peores datos: sólo un 2,5% de cuota y 502.000 espectadores con los que no rozan, ni de lejos, las audiencias de sus competidores.

Lo de darle una vuelta de tuerca a la actualidad no es nada nuevo. Wyoming lleva años haciéndolo. La diferencia es que en ‘El Intermedio’ el fin último sigue siendo informar, “contar la verdad” que no contaron las noticias; fomentar el espíritu crítico y denunciar el mal periodismo, aunque sea a través de la sátira. Sin embargo, en ‘LNDL2’, la actualidad sólo es la excusa y nunca han pretendido que fuera mucho más que un punto de partida. Lo que no sé es cómo sirvió para acabar hablándonos de Belén Esteban. No es que el programa sea muy malo. Quizás, es demasiado largo, y al estirarse pierde fuelle. Si hubiera sido una sección breve dentro del programa de Buenafuente, o de otro cualquiera, hubiera sido un éxito. Porque son graciosas, pero no tanto. Y a veces menos es más.

Es el síndrome del colaborador: por algún extraño motivo, aportan mucho como segundo al mando pero son incapaces de llenar todo un espacio. Le ocurrió a Berto Romero y su ‘programilla’, que no alcanzó el éxito de sus promos y la niña coplera, sin duda, la mejor aportación de aquel programa. Risto Mejide se creyó producto y se vendió a si mismo en los lineales de Telecinco con sus mordaces críticas en el desaparecido ‘G-20’. Aunque quiso explotar su papel de jurado malrollero, demostró con creces que “lo bueno, si breve, dos veces bueno”. Ser la nota discordante puede dar buenos resultados cuando se ha de destacar entre otros. Pero puede resultar empachoso como plato único.

Sin duda, David Fernández fue lo mejor del programa. Como imitador, recuerda mucho a Joaquín Reyes en sus testimonios. Más que “calcar” al personaje, se trata de darle una nueva dimensión. No se trata de hablar igual que él (el mismo Joaquín nos enseñó que hasta Björk puede tener acento manchego) ni convertirse en su doble. Se trata de tomar el personaje como punto de partida y llevarlo a otra dimensión con ingenio. Con la versión de Tintín del ex-chiquilicuatre y su me reí con algo más de ganas.

Como apuesta es arriesgada, teniendo en cuenta con quién compite. Anoche, sin ir más lejos, ‘El Hormiguero’ hizo un 13,6% y fue visto por 2,713.000 espectadores, mientras que Wyoming reclutó a 1,236.000 fans en La Sexta. ‘LNDL2’ llegaron justitas al medio millón. Con los datos en la mano, el futuro es más que incierto. Pero si ellos mismos apuestan por darle otra vuelta de tuerca a su vuelta de tuerca quizás puedan llegar a convertirse en una alternativa real.

En ¡Vaya Tele! | ‘Las Noticias de las 2’

Comentarios cerrados
Inicio