La solvencia morbosa de Ola-ola

La solvencia morbosa de Ola-ola
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Ola-ola, la nueva producción de Cuatro para paliar el efecto de la pérdida de Callejeros por la disputa con Mediapro, tira de lo más morboso de la antigua propuesta para asegurarse, con éxito, un buen nivel de audiencia los viernes. Parece que interesa ver cómo la gente consume drogas en fiestas nocturnas, se emborracha al sol y, en general, se desparraman sobre la arena. Las historias más neutras parecen metidas con calzador, como para compensar, y el verdadero protagonismo lo tienen los delitos contra la salud pública.

¿Lleva a algún sitio hacer un retrato tan sórdido del veraneo español más allá de ir levantando ampollas en cada uno de los pueblos que pisan? Las audiencias parecen la respuesta pero yo creo que el fin no justifica los medios. El formato es muy correcto y eso facilita que se huya de la idea del sensacionalismo, el prestigio del equipo, el mismo de Callejeros, y los premios que han ganado también hacen que se suavice la dureza de los contenidos en apariencia pero si un programa como Ola-ola fuese parte de un informativo de Telecinco ya estaríamos poniendo a verde a Pedro Piqueras.

Que nadie me malinterprete. Hay realidades, por muy duras que sean, que merecen ser mostradas, pero creo que es necesario un análisis más profundo de los casos, un contraste de opiniones, un seguimiento, y de esto Ola-ola no tiene nada. Da la impresión de que persiguen otro pelotazo como aquel de la chica borracha con aquella plasta en el pelo (por decirlo finamente), y se olvidan de todo lo demás. A mí me resulta en conjunto un programa muy anecdótico, sin incidencia social por su falta de reflexión y que promueve el alarmismo y los estereotipos. ¿A vosotros qué os parece?

Imagen | Cuatro En ¡Vaya Tele! | Callejeros, la decadencia y la repetición

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