En el fútbol en directo no cabe la publicidad

En el fútbol en directo no cabe la publicidad
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Pensar en la publicidad para hacer una retransmisión, y en la manera como insertarla en un evento en directo no debería plantearnos dudas: no tienen cabida mientras no haya una interrupción. Comentaba Manuls, en su entrada sobre la rectificación de Cuatro en cuanto a los cortes publicitarios en la retransmisión del partido de España en semifinales, que no entendía "por qué Cuatro no opta por la publicidad dentro de la emisión, es decir, que aparezca a la vez que se está emitiendo el partido como hace normalmente laSexta y como hacía TVE en sus tiempos en que emitía partidos de fútbol interesantes". Simplemente no lo veo. Si pensamos en una competición deportiva, la gracia de la misma está en que es en directo. Si empezamos a meter las ventanitas de turno, los carteles a pie de pantalla o la cuña del comentarista sobre el concurso SMS de turno, cuando el juego está vivo, es ser intrusivo y molesto, porque rompen una sensación y un sentimiento, que de otra forma, sin retransmisión en directo, no se tendría.

El fútbol americano o el baloncesto, a diferencia del fútbol, se pueden permitir las cuñas de publicidad gracias a que su deporte sufre parones, como sucede con el tenis. Rara es la ocasión cuando pasamos a la publicidad durante la Fórmula 1 en la que no pasé algo importante. Lo vemos en la ventanita, cierto, pero no es lo mismo, rompe la magia. Hay deportes que fueron pensados para tener publicidad. No es el caso del fútbol. Si proponemos trasladar el modelo de la radio a las retransmisiones de los partidos, apañados vamos. Si buscamos alternativas, necesitamos un persona dinámica que cuele la cuña cuando haya interrupciones en el juego, que no molesten la visión del partido, y eso no se hace (alguna vez en el mundial de USA 94, o en las retransmisiones en P2P de los canales norteamericanos). El previo, el descanso y el final del mismo, gestionado con sentido común, no debe ocasionar problemas. Conviene pensar que la gente, lo único que quiere ver es el partido sin zancadillas. Que las cadenas de televisión quieran explotar los momentos en los que los espectadores están cautivos es contranatura. Al final, de tanto pensar cómo sacar rentabilidad a la retransmisión, terminarán ahuyentando a la audiencia. Lo mismo conviene más pensar en otras posibilidades a la hora de cómo quiere el espectador ver un partido de fútbol o acordarse del product placement.

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