Pocas cosas son más de agradecer a la hora de enfrentarse a un largometraje, especialmente en estos tiempos que corren en los que los tráilers y las campañas promocionales optan por el destripe sin piedad frente a un público cada vez menos abierto a salirse del camino marcado, que una producción apueste por sorprender sin cortapisas y dejarte clavado en tu asiento con un gesto de estupefacción mezclado con una sonrisa.
Junto al thriller más tradicional —y de esto saben mucho los cineastas surcoreanos—, puede que el terror sea el género más proclive a ofrecer experiencias desconcertantes, de esas que te cogen con la guardia baja y transforman el visionado en una montaña rusa cuyos giros y caídas son imposibles de prever; y el pasado 2022 recibimos una pequeña joyita que se ajustó perfectamente a esta descripción.
La magia del mid point
Esta no fue otra que 'Barbarian', el debut en solitario en la dirección de Zach Cregger, también guionista, con el que el cineasta introdujo en su peculiar coctelera un mejunje de suspense, terror al uso y un plot twist tan demencial como inesperado coronado por una buena dosis de humor negro como el carbón. El resultado de la mezcolanza no fue otro que una de las mejores películas del curso cinematográfico dentro de su género y un divertimento modélico en múltiples aspectos.
Puede que una de las cosas que más llamen de la atención de la cinta sea el modo en que se toma al pie de la letra la máxima sobre el guión y la estructura dramática que asegura que un mid point debe cambiar por completo el relato. La cosa comienza como el típico y tenso ejercicio de suspense embotellado con desconocidos que parecen guardar no pocos secretos y que están obligados a convivir, pero esto no tarda en desmadrarse y abrir paso a una segunda mitad digna del aplauso más cómplice que podamos imaginar.
Y es que 'Barbarian' se las apaña para jugar con elementos más que conocidos para los parroquianos del género y, al mismo tiempo, proyectarlos sobre el papel y la pantalla con la suficiente inteligencia como para moldear un conjunto rematadamente fresco, desenfadado, salvaje —ojo a los arranques de violencia— y, lo que es más importante, divertidísimo.
No hace falta decir que estamos ante una producción a la que llegar lo más virgen posible, y sus trailers se aseguraron de que así fuese. De ser así, sus ajustados 110 minutos de metraje, protagonizados por una Georgina Campbell en su salsa como scream queen y ejecutados con una factura técnica notable, te proporcionarán uno de esos "buenos malos ratos" ideales para una sesión de cine nocturna de fin de semana.
Si quieres disfrutar de esta deliciosa majadería, tienes hasta el próximo 25 de abril, fecha en la que abandona el catálogo de Amazon Prime Video.
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