Una buena serie de policías

Una buena serie de policías
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Con el paso de los episodios, Metrópoli (Boomtown en el original) se ha ido convirtiendo en una buena serie de policías. Y es una lástima, ya que aunque sigue mereciendo la pena verla (o más bien grabarla, porque Cuatro la programa los sábados de madrugada), en sus primeros episodios era algo más. Aunque el hilo conductor de los episodios era una trama criminal, era la forma de contarla lo que distinguía esta serie del resto, llevando el argumento de personaje en personaje en lugar de seguir un orden cronológico, y presentando los acontecimientos desde múltiples puntos de vista: los patrulleros que responden a la llamada, los detectives que investigan el delito, los políticos que buscan usarlo para quedar bien, la prensa, las víctimas, los criminales, los testigos…

Pero últimamente se ponía cada vez más énfasis en la vertiente policial de la historia, perdiendo protagonismo los personajes de la periodista y la sanitaria, que en ocasiones salían poco o nada. Quizá sea esa la razón que llevó a Nina Garbiras a dejar la serie, llevándose con ella lo que quedaba de la perspectiva periodística. Al mismo tiempo, el estilo narrativo que caracterizaba la serie ha ido dejándose de lado, aunque no completamente, por uno más cercano al cronológico tradicional.

Con la incorporación de Vanesa Williams a la serie en el papel de otra detective, y alistando en la academia de policía al personaje de Lana Parrilla, hasta ahora sanitaria, se ha dejado atrás definitivamente el propósito original de la serie a favor de la temática puramente policial. Quizá fuera para facilitar el trabajo de los guionistas, o quizá la audiencia estadounidense no respondía ante una propuesta diferente, y fuera un intento (al final fallido) de reunir los espectadores que necesitaba. En cualquier caso, sigue siendo una buena serie. Pero podía haber sido mejor.

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