'The Knick' regresa como la serie con mayor personalidad visual del momento

'The Knick' regresa como la serie con mayor personalidad visual del momento

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'The Knick' regresa como la serie con mayor personalidad visual del momento

Una de las revelaciones de la temporada pasada fue 'The Knick', la serie de época de Cinemax sobre un hospital de Nueva York en 1900. La historia podía no ser demasiado original, con un protagonista que parecía una versión del doctor House a principios del siglo XX, pero la manera en la que Steven Soderbergh rodó cada uno de sus diez capítulos le daba una enorme personalidad propia. Y en la segunda temporada, 'The Knick' está lista para ir un paso más allá.

El estilo de 'The Knick'

El arranque de la segunda temporada de la serie (que puede verse en la madrugada del viernes al sábado en Canal+ Series) ha sido saludado en Estados Unidos con varios reportajes sobre la particular manera con la que Soderbergh dirige sus episodios. Con la cámara al hombro, está siempre en medio de la acción con sus actores, utiliza sólo iluminación práctica, es decir, la que podría encontrarse en esos escenarios, y hasta monta lo que ha rodado durante el día en su ordenador portátil, en el camino de vuelta a casa.

El resultado de esta decisión estilística ya se apreciaba en la primera temporada: el Nueva York de 1900 no se veía como algo estirado y conservado en ámbar, sino como algo vivo, visceral, algo que veíamos pasar ante nuestros ojos con la misma urgencia que si asistiéramos a una serie sobre un hospital de 2015. En la segunda temporada, que arranca en 1901, esa urgencia se mantiene y, en algunas tramas, hasta se incrementa.

Porque el primer episodio nos presenta los primeros momentos de la llegada a Estados Unidos de un brote de peste bubónica. Vemos cómo se pone en cuarentena a los ciudadanos chinos, cómo las autoridades son bastante ignorantes del mecanismo de propagación de la enfermedad (a través de ratas, como explica Cornelia Showalter al policía de San Francisco), y cómo los prejuicios hacia los inmigrantes se van a acrecentar con la llegada del brote a Nueva York.

Las tensiones raciales en la ciudad dejaron el año pasado uno de los mejores capítulos de la temporada televisiva, 'Get the rope', así que será interesante ver qué se saca de la manga 'The Knick' con esa clara xenofobia que domina a sus habitantes.

Una temporada de cambios

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Los nuevos episodios se inician, además, con todos los personajes adaptándose a sus nuevas situaciones. Thackery está internado en esa clínica de desintoxicación en la que ha cambiado su adicción a la cocaína por una todavía peor a la heroína; el doctor Edwards es el jefe de cirugía de facto, pero nadie lo trata como tal; la hermana Harriet está en la cárcel, esperando a ser juzgada por practicar abortos, y los gestores del hospital inician la construcción de su nueva sede en la parte alta de la ciudad, donde tendrán acceso a más clientes adinerados.

En medio de todo esto, se mantienen los tejemanejes de Barrow con el dinero, usando el del hospital para costearse sus vicios y pagar sus deudas, y se mantiene la actitud del doctor Gallinger, decidido a lo que sea para que Thack vuelva al trabajo y Edwards deje de ser el jefe. Porque Gallinger prefiere quedarse en casa, junto a su pobre mujer loca, antes que ir a trabajar para un médico negro que considera que le ha quitado lo que por derecho era suyo.

Las innovaciones técnicas siguen, además, siendo muy importantes para el staff del Knickerbocker. En este primer episodio vemos una cámara de cine, por ejemplo, y la electricidad está ya plenamente implantada en todo el hospital. Sin embargo, también da la sensación de que, como apunta el hermano de Cornelia, el mundo va demasiado deprisa para el 1% que ostenta el dinero y el poder en Nueva York, mientras para el resto no cambia con la suficiente rapidez.

¿Salto de calidad?

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No hace mucho, HitFix publicaba un artículo sobre el buen nivel con el que regresaban a las parrillas series que habían sido una revelación en sus temporadas de estreno. Entre 'Fargo', 'Manhattan' y 'Jane the virgin', entre otras, mencionaba 'The Knick' como una serie en la que los guiones de Jack Amiel y Michael Begler estaban poniéndose a la altura de la dirección de Soderbergh, explorando más en profundidad a sus personajes y la situación social en Nueva York en aquellos años.

'The Knick' le quita de un manotazo el polvo a las series de época y pretende contar una historia un poco menos obvia que en la primera temporada. Visualmente, es de las series más bonitas de ver ahora mismo, hasta con las desagradables operaciones quirúrgicas, y puede aprender a sacarle más partido a unos actores que siguen mostrando un buen nivel. A título personal, yo espero que Bertie Chickering se convierta en la revelación de la temporada.

En ¡Vaya Tele! | 'The Knick', una mirada casi documental al Nueva York de 1900

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