'Suburgatory' y la sátira diluida

'Suburgatory' y la sátira diluida
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De entre las nuevas comedias de ABC la que más llamaba la atención era ‘Suburgatory‘, conocida en España como (‘Fuera de Lugar’). La serie, creada por Emily Kapnek (‘Ginger’) nos cuenta la historia de una familia, formada por George Altman (Jeremy Sisto) y su hija Tessa (Jane Levy), que se traslada desde Nueva York a Chatswin, una zona suburbana, para comenzar allí una nueva vida alejándose de los “peligros” de la gran ciudad.

Allí descubrirán todo lo que supone tener un nuevo vecindario y una nueva sociedad a la que adaptarse, llena de personajes peculiares y de normas basadas en guardar las apariencias. Los primeros episodios de ‘Suburgatory’ me llamaron la atención precisamente por esa disección, cargada de algo de mala leche, de la clase acomodada que residen en las típicas urbanizaciones pijas de cualquier ciudad. Está claro que Chatswin es un cúmulo de todos estos barrios/pueblos residenciales que rodean las grandes ciudades y las personas que te puedes llegar a encontrar (todos hemos conocido a alguna Sheila, o a Dallas).

Sin embargo, ese toque de mala leche y sátira con el que retrataba las excentricidades de los habitantes de Chatswin se fue diluyendo, y mucho, a lo largo de la primera temporada de ‘Suburgatory’. Al equipo de guionistas se le parece haber olvidado que una vez presentadas las peculiaridades de los diversos habitantes de Chatswin hay que empezar a construir tramas sobre ellos si se quiere intentar conservar el tono.

El resultado es que en la segunda mitad de la temporada hemos pasado de una sitcom con un toque de sátira de este mundillo a una comedia familiar del montón donde esta visión al mundo suburbano desaparecía más allá del grupo de secundarios principal (Dallas, Noah, Sheila…). Lo cual es una auténtica pena ya que pierde toda la gracia de la serie. Ojo, no es que ‘Suburgatory’ sea mala, pero desde luego se ha quedado en la peligrosa zona de la mediocridad, sin episodios realmente destacables ni para bien ni para mal.

Suburgatory

Y ahí está el problema: Si decides eclipsar, por no decir prescindir, lo que hace característico a la comedia que estás escribiendo, debes de refinar el humor de la serie. No sé vosotros, pero yo he terminado la primera temporada de ‘Suburgatory’ pensando que podría haber sido mucho mejor. Tengo la sensación de que los guionistas podrían haber aprovechado mucho más la premisa de la serie, que en algunos episodios se queda en la anécdota para así crear una serie realmente divertida. Espero que en su segunda temporada logren encontrar su toque.

En ¡Vaya Tele! | ‘Suburgatory’, una divertida parodia de los barrios residenciales

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