La nueva temporada televisiva no destaca ni en drama ni en comedia

La nueva temporada televisiva no destaca ni en drama ni en comedia
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Hace tiempo que venimos hablando de la falta de originalidad y de la tendencia al procedimental que vemos cada vez más en las networks americanas, y esta temporada está siendo un claro ejemplo de ello. El año pasado, a estas alturas del año, ya teníamos auténticos pelotazos que despuntaban por encima del resto; en comedia, ‘Modern Family‘ dejaba claro que la comedia familiar no está muerta y que el género puede seguir siendo divertido para todo el mundo, ‘Glee‘ destacaba por su mala leche y por las actuaciones musicales que crearon un fenómeno fan, y ‘Community‘ empezaba a ser alabada como comedia del año. De igual forma, en drama teníamos a ‘The Good Wife‘ como el mayor referente, demostrando que las series de abogados pueden ser más que casos judiciales aislados. Y tanto fue así que tres de estas cuatro series de estreno fueron nominadas al Emmy, y una de ellas incluso se lo llevó en su primer año (‘Modern Family’).

Pero esta temporada la cosa está siendo radicalmente diferente. Con todas las series a punto de llegar al parón de invierno, podemos concluír con total rotundidad que casi ninguna de ellas puede ser destacada como “serie del año”, y es una lástima. Lo cierto es que antes de la llegada de la nueva temporada había series que podían dar mucho de sí, como ‘Undercovers‘ de JJ Abrams o ‘The Event‘ en la NBC, pero ambas se han convertido en dos grandes decepciones. La primera es aburrida hasta no poder más, tanto que ni siquiera ha conseguido temporada completa, y la segunda ha ido desvariando con el paso de los capítulos hasta convertirse en la nueva ‘FlashForward‘, con promesa de regreso apoteósico incluído por parte de la cadena. ¿Y el resto?

Mike & Molly‘ y ‘$#*! My Dad Says‘ están teniendo una muy buena acogida por parte de la audiencia, pero en cuanto a calidad son más bien flojitas. ‘Running Wilde‘ se estrenó con la promesa de recuperar el espíritu de ‘Arrested Development‘, pero ni el público ni la crítica han visto nada atractivo en ella, y aunque no está oficialmente cancelada, parece que es sólo cuestión de tiempo que desaparezca para siempre. En el terreno dramático, ‘Blue Bloods‘ era la que más destacaba tras su episodio piloto, pero también se ha ido desinflando a medida que pasaban las semanas. ‘The Whole Truth‘ y ‘Outlaw‘, ambos procedimentales jurídicos sin chicha, ya han sido cancelados por sus respectivas cadenas, y otras como ‘The Defenders‘ o ‘Chase‘, a pesar de haber recibido temporada completa, tienen bastantes papeletas para no pasar el corte en los upfronts de mayo (‘Chase’, de hecho, ha visto reducido el encargo de capítulos a tan sólo 18 entregas).

Lone Star

¿Qué podemos destacar, entonces? En el terreno de la comedia, ‘Raising Hope‘ es probablemente el único estreno más que decente del año, combinando humor negro y sentimentalismo a partes iguales, y siendo valorada por muchos críticos estadounidenses como la mejor serie del año. Lo cierto es que lo nuevo del creador de ‘My Name is Earl‘, Greg García, resulta bastante atractivo y muy divertido (salvando el piloto), pero sus datos de audiencia preocupan tanto que quizá tampoco podamos verla la próxima temporada. ‘Outsourced‘, por su parte, también está haciendo buenos datos, sobre todo por el lead-in que le proporciona ‘The Office‘, y ese choque de culturas con alguna que otra referencia actual merece un vistazo, aunque la serie mantiene un “quiero y no puedo” constante que puede resultar muy desesperante.

¿Y en drama? Habrá quien disfrute con ‘Law & Order: Los Angeles‘ e incluso ‘Detroit 1-8-7‘, pero para mi gusto los dos mejores dramas del año fueron cancelados tras sus dos primeros episodios por el estrepitoso fracaso en audiencias: ‘Lone Star‘ y ‘My Generation‘. En el caso de ‘Lone Star‘, su temática en exceso serializada y su tono más “de cable” que “de generalista” fueron definitivos para que la gente no le diese ni la más mínima oportunidad, a pesar de que sus dos primeros capítulos prometían bastante. ‘My Generation‘, por su parte, prometía drama y nostalgia a partes iguales; narrado en forma de falso documental y con unos tintes muy a lo ‘Friday Night Lights‘, la serie nos recordaba la historia de la década y el implacable paso del tiempo a través de un grupo de graduados universitarios, pero fue precisamente su originalidad la que acabó con ella en un suspiro.

Ante esta situación, ¿alguien se puede quejar de la tendencia que está tomando la televisión en abierto? Si series que se salen del patrón común para contar algo diferente obtienen un rotundo rechazo por parte de la audiencia, no podemos esperar que cada año las cadenas nos sorprendan con productos maravillosos y originales, porque saben de sobra que el tiro les saldrá por la culata. En una industria cada vez más competitiva, hay que ir directamente a lo que la gente solicita, y si eso significa crear procedimentales que cuenten una y otra vez lo mismo pero desde otro enfoque, se hace. Parafraseando a Humphrey Bogart en ‘Casablanca’: “Siempre nos quedará el cable“.

En ¡Vaya Tele! | Estrenos Americanos de Otoño 2010

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