La importancia de llamarse Ash Williams

La importancia de llamarse Ash Williams

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La importancia de llamarse Ash Williams

Reúnete conmigo en el baño de hombres en tres minutos. Pero tengo que advertirte, querrás dejar a tu marido por mí y no puedo permitirlo. Valores familiares.

Con esto de los reboots, las adaptaciones para televisión y esa comodidad que los jefazos encuentran en no apostar por productos nuevos, sino retomar viejas glorias, miedo nos da cuando nos dicen que un clásico del cine va a ser llevado a la pequeña pantalla. Pero ese miedo no fue el que vivimos cuando pudimos echar un vistazo a la serie de Starz 'Ash vs. Evil Dead'.

Las cosas marchan por buen camino con esta producción, aunque no esperábamos otra cosa con ese grandioso personaje que la serie ha traído de vuelta. Se llama Ash Williams, está interpretado por Bruce Campbell y es el héroe del que menos y más nos podríamos fiar. ¿Quién le iba a decir al bueno de Ash que sus terroríficas aventuras le volverían a ganar el favor del público, tantos años después?

Ash, un tipo duro

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Ay, los hombres como Ash, siempre estarán pasados de moda pero siempre seguirán siendo tendencia. Estamos hablando del eterno estereotipo de hombre hecho a sí mismo, curtido en mil batallas, duro como la roca, que no sabe lo que es la palabra miedo, que sostiene con una mano una botella de güisqui y, con la otra... bueno, ya sabemos que Ash sólo tiene una mano.

¿Cómo no vamos a quererlo? Es rancio a morir pero tiene ese encanto socarrón al que es imposible resistirse. Sus frases recalcitrantes nos recuerdan a otra época en la que el Varón Dandy y el tabaco negro causaban estragos. Ash es un tipo de la vieja escuela, y eso nos despierta una confianza absoluta en él, posee esa mirada de los que siempre parecen saber lo que va a pasar.

Y bastante patán

Pero, ¿a quién queremos engañar? Ash vive en un mundo de naftalina en el que la palabra "nena" es el mejor vocablo para ganarse la atención de una mujer. Sus buenos años han pasado, pero él continúa pensando que con su caravana podrá seguir viajando por todo el mundo, sin despeinarse, a la caza de esas aventuras que nunca le faltarán.

Que el Necronomicón haya vuelto a hacer de las suyas no es culpa de nadie salvo de nuestro protagonista, que se entona un poquito y ya no es capaz de comportarse como un ser adulto. Ash no es ni mucho menos el yerno que toda suegra quisiera tener y es que, a sus taitantos, parece que su vida sigue siendo tan inestable como cuando era un jovencito. La culpa la tienen los demonios, que no le dejan madurar.

"El jefe"

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Porque vamos a ver, ser un elegido para luchar contra el mal absoluto y no poder salir ni a tomar un café sin temer a que la camarera sea inmediatamente poseída por la criautra infernal más sádica no es fácil. Ash es el "jefe", un poderoso ser al que los miembros del inframundo temen, odian y veneran, casi en la misma proporción.

Es el único capaz de decirle a un demonio que su aliento apesta mientras éste intenta destruirle con una de sus trampas mentales. Sólo un tipo de su clase y categoría luciría con tanto estilo esa joya de mano que es su letal motosierra. Ash es terrible, pero es el único que puede salvarnos. Los demonios temen sus ocurrencias, pero nosotros también.

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