'Gomorra', un lugar llamado Secondigliano

'Gomorra', un lugar llamado Secondigliano

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'Gomorra', un lugar llamado Secondigliano

Ahora tenemos muchas series fabulosas para ver, más que pelos en nuestra cabeza. Contamos con un catálogo rico y variado para poder elegir el género y la temática que más nos gusta. Ahora, precisamente, deberíamos cuidar más que nunca qué vemos en televisión y, desde luego, no perdernos obras imprescindibles como 'Gomorra'.

Su principal defecto tal vez sea que no es una producción de HBO, ni de Netlix, ni AMC o The CW y le falta cierta repercusión para ser más conocida. 'Gomorra' es una serie italiana, una producción que adapta el libro de Roberto Saviano del que tanto hemos oído hablar y que, para los napolitanos, supone una terrible dualidad: la maravilla de una serie brutal e intensa, el horror de una realidad que pisa la vida de la gente sin remedio.

El trío lalalá

Gomorra 25

'Gomorra' nos lleva al barrio del Secondigliano, donde la mafia tiene el control de sus calles y plazas. Pero la "mafia" no es un ente abstracto y unitario, es un grupo bien diferenciado de personas con intereseses que chocan, dispuesto a sacar las tripas al que se meta en su negocio porque con el pan no se juega.

Uno de sus puntos fuertes es el protagonismo coral que tienen sus personajes, que nos hace conocer todas las caras de un sociedad herida de muerte. No podemos dejar de hablar de tres de las piezas más brutales. La primera, claro está, es Ciro. Ciro comienza la temporada en un bluce de odio que le lleva a cometer uno de los actos más terribles que se puedan imaginar. El resto de la temporada, vive como una redención que le lleva a un purgatorio en el que ha decidido no volver a matar, hasta que es necesario para dar fin a la ola de sangre que consume Secondigliano.

Su rival más terrible es su antiguo aliado, un Don Pietro que ha escapado de la cárcel pero no de la carga emocional que ésta ha depositado en él. Apartado y recluido, se nos presenta como un hombre sin un ápice de corazón, al que es muy sencillo llegar a odiar por la falta de empatía que siempre demuestra hacia los demás. Eso sí, Savastano es un grande, un gigante de 'Gomorra' y se le va a echar mucho de menos.

Tampoco podemos olvidar a Gennà, el tercero en discordia. El chico de corazón noble que tiene que endurecerse a base de palos. Gennà ha vivido una renovación en esta temporada. Su nueva vida le ha convertido en un gran capo a nivel internacional. Ha formado una familia, tiene un bebé, quiere alejarse de guerras y mantener una templanza que otros quieren perturbar.

El desolador y bello paisaje

'Gomorra', como toda buena serie, se construye más allá de sus tramas y personajes. Se cimenta también sobre sus paisajes, tan fundamentales para la vida de las personas, que ahoga sus gritos y súplicas. No son pocos los planos generales que se recrean en la ciudad. Las calles parcheadas, las fachadas despintadas, los portales llenos de óxido. La fealdad campa a sus anchas, hasta tal punto que nosotros encontramos belleza en tanta desolación, imbuidos por el peso de cada asesinato.

La serie tiene una querencia bestial por los cementerios. No son pocas las escenas que se viven en ellos, como la escena final con ese duelo entre los grandes, en el que sólo habrá un superviviente. La muerte sobrevuela cada una de las secuencias y los planos y el cementerio parece recordarnos que no importa qué pase, todos los personajes acabarán allí antes o después, condenados por su complicada vida.

Cada capítulo de 'Gomorra' es intenso y se ha de tomar a sorbos pequeños, no sea que ese potente licor se convierta en un veneno letal. La sucesión de muertes y traiciones no es apta para todos los estómagos. Como espectador, vives con la certeza de que los mejores son los que primero morirán. La injusticia siempre empozoñando el paisaje. Cuando vemos una serie, lo hacemos porque disfrutamos de ella. Es imposible no disfrutar con esta producción, aunque tampoco no sufrir.

Las mujeres de 'Gomorra'

Cristiana Dellanna Patrizia 4

En una sociedad gobernada por un patriarcado con todas las letras, donde la violencia de género es un ingrediente más del día a día y el sometimiento se sobreentiende, las mujeres juegan un papel no tan silencioso que resulta fundamental. Ya en la primera temporada vimos una gran muestra de su poder y de cómo debían enmascararlo para seguir viviendo.

En esta segunda temporada hemos visto cómo se manejaba la cruel Scianel, empedernida jugadora, y su relación con su nuera, que vive en una cárcel de oro mientras espera que salga de prisión el hombre al que no quiere. Y, desde luego, ha sido maravilloso encontrar a Patrizia, para la que la prudencia y el sigilo son las mejores armas.

El capítulo 2

No me gustaría despedir el artículo sin hablar un poquito del, para mí, uno de los mejores capítulos que he visto en mucho tiempo. El segundo capítulo de la temporada tiene una intensidad que va más allá de las tramas de la Camorra pues se centra en la relaciones personales entre un padre y un hijo, en afectos no correspondidos y odios que asolan el corazón.

Mientras Gennà demuestra que su transformación en la primera temporada le lleva a ser un hombre decidido y comprometido, Don Pietro se proclama como ese bastión sordo y ciego al que nunca podremos acceder y mucho menos desde el amor. Cada acto de Gennà nos lleva a quererlo un poquito más, a sentir su piedad como un pequeño islote al que los personajes se pueden aferrar para no perder su humanidad. Por supuesto, no hay un reflejo ni una recompensa, sólo un muro que bloquea cualquier relación positiva que pueda traer paz.

En ¡Vaya Tele! | 'Gomorra', Ciro y los demás

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