'Galavant' no pierde frescura

'Galavant' no pierde frescura
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2015 nos regaló una estupenda comedia que se llamó 'Galavant'. Era una sinfonía de ingredientes que tenían todas las dificultades del mundo para casar bien: una sitcom de época con, oh no, canciones. El piloto nos divirtió mucho y, a la vez, nos produjo una especie de melancolía precoz, parecía imposible que la cosa aguantara ese ritmo. Pero sí lo hizo, hasta el punto de que hoy podemos hablar del arranque de su segunda temporada.

'Galavant' sabe, sobre sí misma, que es una propuesta arriesgada y que su renovación fue casi milagrosa. Por eso, quizá, nos muestra ese primer número que es un canto de autorreferencialidad, hacia el entusiasmo que provoca que una serie así pueda existir. Se trata de un homenaje a su propio trabajo bien hecho, en el que nos hace cómplices a los espectadores, "culpables" de que pueda seguir divirtiéndonos.

Y la pareja de moda es...

Galavant Kylie Minogue

El personaje del Rey Richard es simplemente una mina de oro. Timothy Omundson tiene una vena cómica tremenda. Ahora, en la segunda temporada, es aliado y compinche del héroe, lo que les convierte en la pareja de moda para todos nosotros. Sus escenas juntos prometen y mucho. Galavant y el Rey, a reconquistar el puesto que les toca.

Los responsables del show han decidido pasárselo pero que muy bien con esta nueva oportunidad y nos muestran un club gay en el que no se dice en ningún momento que nadie sea gay, con una reina malvada que no podía tener una cara más divina que la de Kylie Minogue; con un Bear que parece regodearse aún más en la no cancelación; con referencias nada sutiles al universo de 'Juego de Tronos'...

Hay series que, simplemente, nos caen bien. Las queremos y cruzamos los dedos para que les vaya de maravilla. Por eso, hasta perdonamos esta cosa tan manida del conflicto creado por una mala comunicación entre los personajes. Como las cartas de las telenovelas en las que el chico confiesa su amor pero que nunca llegan a la pobre chica. Porque además, esos chistes que parodian el hecho de que se hayan sacado el amuleto de la manga son geniales.

En ¡Vaya Tele! | El fin del Cancellation Bear, o cuando la audiencia no es la principal razón para renovar una serie

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