¿'Friends with better lives', otra comedia de treintañeros? No, gracias.

¿'Friends with better lives', otra comedia de treintañeros? No, gracias.
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Ser programador de televisión en Estados Unidos tiene que ser muy estresante. El horario de máxima audiencia está compuesto por tres horas que deben llenarse con dos, tres o cinco programas a diferencia de España, donde hay suficiente con un programa extra-largo que comience a las 22.30h. Por lo tanto, hay que encontrar una combinación de éxito y procurar que las series se ayuden las unas a las otras, lo cual parece fácil a simple vista. Era lógico, por ejemplo, que la comedia ‘Friends with better lives’ se estrenara justo después del final de ‘Cómo conocí a vuestra madre’.

El razonamiento era obvio. La serie de Ted Mosby buscaba el humor en un grupo de amigos en la treintena en momentos de la vida distintos (Marshall y Lily casados y con hijos, Barney y Robin prometidos y Ted soltero y sin compromiso), por lo menos en estos últimos años, y el último estreno de la CBS tenía esta situación como punto de partida: una pareja casada, una pareja recién prometida y un divorciado y una soltera empedernida. ¿Por qué, entonces, tenía que ser una mala idea emitirla justo después? En principio, buscaba el mismo público y este ya había comprado ‘Cómo conocí a vuestra madre’. ¿Qué mejor que darle un sustituto a continuación?

De la teoría a la práctica, sin embargo, suele haber un trecho. No solamente la operación no se saldó con mucho éxito (perdió la mitad de la audiencia) por un argumento evidente: después de un final tan esperado, el espectador difícilmente prestará atención a lo que emitan a continuación, sobre todo si se trata de una comedia nueva que además recuerda a la anterior. Pero encima es poco inteligente poner la comedia más sofisticada del canal (esto no dice tanto de ‘How I Met’ como dice de la CBS, que conste) y luego una versión sin clase de la anterior. Más allá de las tácticas de programación del canal, cabe destacar que ‘Friends with better lives’ tiene bastante mal gusto para tener tan poca gracia.

Un vistazo a…
ENFOQUE PROFUNDO Y LENTES PARTIDAS

Un reparto simpático

Las comedias de CBS suelen provocar bastante urticaria y seguro que a alguno le resultará reconfortante saber que este estreno apunta a convertirse otra cita eludible. No es mi caso. No disfruto mucho las comedias de Chuck Lorre (‘The Big Bang Theory’ me despierta apatía absoluta) y ‘2 Broke Girls’ la dejé por repetición de bromas sexuales, pero ‘Friends with better lives’ tiene un reparto bastante atractivo, ni que sea porque hay unos cuantos actores que me resultan simpáticos.

A Kevin Connolly jamás le olvidaré por interpretar mi personaje favorito de ‘Entourage’, donde él era Eric; el eterno Dawson, James Van Der Beek, ha ganado mucho puntos desde que participó en ‘Cómo conocí a vuestra madre’ y luego se parodió a si mismo en ‘Don’t trust the bitch in apartment 23’; a Majandra Delfino le había perdido la pista desde que hizo de amiga humana en ‘Roswell’; y Zoe Lister-Jones mereció mejor suerte con la inofensiva pero entrañable ‘Whitney’. Por lo tanto, buena predisposición la tenía. Otra cosa es que la serie esté a su altura (o que Kevin Connolly tenga talento más allá de resultar adorable en ‘Entourage’).

No es buena señal, además, cuando una serie comienza con una broma que ya has visto en otra serie de televisión. El matrimonio compuesto por Connolly y Delfino arrancan debajo de una manta en el sofá y muy exaltados. “Hemos hecho tanto ruido que no entiendo como no hemos despertado al pequeño”, dicen. Pero no, no están practicando sexo, ellos están viendo ‘Homeland’. Este gag no solamente demuestra que el episodio piloto se escribió antes de la tercera temporada de ‘Homeland’, también repite uno de ‘About a Boy’, otra serie no muy inspirada donde una pareja estable prefería aprovechar la noche libre para ver la serie de Showtime a practicar el sexo. Mal, muy mal.

'Friends with better lives
Esto ya lo he visto.
Puede que esto no pudieran evitarlo. El episodio estaba rodado y no sabían que otra serie escribiría una escena exactamente igual. Pero lo que sigue tampoco llama especialmente la atención. La idea de grupo de treintañeros últimamente cansa: no buscan un ángulo distinto (‘Mixology’, por ejemplo, copia la filosofía de Barney Stinson punto por punto) y las bromas sexuales resultan simplemente soeces cuando todavía no tienes asentados los personajes. A menos, claro está, que te pases diez pueblos (el truco de ‘2 Broke Girls’, que la hizo novedosa) o que tengas unas dosis de autocrítica (otro fracaso de este año ‘We are men’ me resultó correcta por este motivo).

Nada nuevo bajo el sol

Las bromas sobre sexo oral de la presentación las hemos visto y oído demasiadas veces, tanto en series buenas como otras de muy malas, y los personajes resultan tan tópicos a simple vista que ninguno llama la atención. Brooklyn Decker (la mujer del tenista Andy Roddick, por cierto) y Rick Donald, a quienes no conocía, tienen cero carisma pero los demás tampoco están particularmente mal. El problema es que no aporta nada, no resulta fresca y no tiene una sola broma que resulte auténtica.

Esto es lo único que debe pedírsele a un piloto de comedia, que tenga algo (como ‘Modern Family’ tenía el fantástico momento de ‘El Rey León’, ‘2 Broke Girls’ tenía el efecto impacto y ‘The Big Bang Theory’ el factor nerd). Aquellos que ven habitualmente comedias saben que lo mejor nunca es el piloto y que más bien sirve de piedra base sobre la que esculpir. Pero Dana Klein no escribió absolutamente nada interesante o divertido en todo el piloto, así que cuesta imaginar que pueda ir a alguna parte.

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