'El encantador de perros' y sus fundamentos científicos

'El encantador de perros' y sus fundamentos científicos
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Siempre me ha fascinado el trabajo de César Millán en ‘El encantador de perros’ y no he encontrado un programa que trate a los perros como él lo hace, con cariño, serenidad y autoridad. Pero claro, nunca he podido evitar pensar en qué dosis de televisión habría entre tal cantidad de aciertos. Ya sabéis: me refiero sobre todo a los trucos de edición y demás.

A día de hoy sigo sin saberlo, claro, pero me alegra comprobar que lo de César Millán no es sólo un rol televisivo más, estructurado y llevado con mucho acierto, que también, sino que incluye verdaderas dosis de conocimiento del perro sin necesidad de haber obtenido ninguna titulación al respecto. Algo si está claro: lo que hace César Millán con los perros no es magia, o no del todo. Hay gran parte de comunicación.

Aunque parezca una obviedad, las claves son los movimientos y las miradas. Es curioso ver cómo Borja Caponi, el de ‘Malas pulgas’, grita como un poseso cuando en realidad le bastaría hacer algo de zen. Y no lo digo yo, lo demuestran los estudios que se han realizado sobre la técnica de Millán y que demuestran que, más allá de la parte innegable de circo televisivo, sus consejos son algo más que palabrería y funcionan, si se hacen bien, más allá de la pantalla.

Yo soy seguidora de ‘El encantador de perros’ desde hace tiempo y es cierto, aunque me dé pudor reconocerlo, que he intentado aplicar sus consejos y no me ha ido del todo mal, a pesar de que siempre pensaba que había cierto grado de misticismo en todo el asunto. Me alegra comprobar que más allá del show hay algo de realidad, aunque sea poca. Es esperanzador pensando en la televisión en general.

Vía | Genciencia
Más información | Es cosa de perros
En ¡Vaya Tele! | El éxito de ‘El encantador de perros’ crea escuela

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