'Jane the virgin' regresa con su segunda temporada sin perder el ritmo

'Jane the virgin' regresa con su segunda temporada sin perder el ritmo

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'Jane the virgin' regresa con su segunda temporada sin perder el ritmo

La renovación de parrilla que The CW emprendió hace un par de años no deja de ser bastante curiosa. En ella conviven series oscuras de superhéroes como 'Arrow', historias de vampiros (y romances) como 'The vampire diaries', las aventuras sobrenaturales de 'Supernatural', una heredera de Amy Schumer como Rachel Bloom y 'Crazy ex-girlfriend' con un homenaje/parodia de las telenovelas que, al mismo tiempo, es un drama familiar muy bien calibrado como 'Jane the virgin', cuya primera temporada incluimos en nuestra lista de las 18 mejores series de la temporada pasada.

Aquellos 22 capítulos iniciales consiguieron que su protagonista, Gina Rodríguez, se llevara un Globo de Oro a mejor actriz de comedia, y que los críticos se tomaran en serio una serie de The CW, algo que no es tan habitual. El reto con la segunda entrega era, por tanto, mayúsculo, y no sólo por ver cómo podría salir la serie del cliffhanger con el que terminó su primera temporada. Los toques más culebroneros son parte importante del humor de 'Jane the virgin', pero hay que intentar manejarlos de tal modo, que la serie no derive por completo a la telenovela desatada.

La maternidad de Jane

El truco para conseguir eso es hacer que el núcleo de la serie, que son los cambios vitales de la propia Jane, siempre sean reconocibles por el espectador. Sí, el primer capítulo arranca con Mateo, el hijo de Jane, en manos de Sin Rostro Rosetro, pero es una línea que se resuelve enseguida, en los diez minutos iniciales. Luego, el estrés viene por un lado bastante más "terrenal": la ansiedad de una madre primeriza.

Y contar con Gina Rodríguez como protagonista es una enorme ventaja para la serie. La actriz puede cambiar en un segundo de la lógica preocupación de Jane por dar el pecho por primera vez a su hijo (y el estrés que eso puede generar) al toque más absurdo de la concentración de "fieles" en la puerta de su casa, y lo hace mostrando que Jane es, en el fondo, una persona normal rodeada de circunstancias no demasiado normales la mayoría de las veces.

Las mujeres Villanueva son el centro y el corazón de la serie, y su relación se mantiene igual de entretenida y bien dibujada que en la primera temporada. 'Jane the virgin' no necesita ser una comedia rompedora ni transgresora para ser una buena serie, que es lo que es una vez se pasó el frenesí de la novedad de Rogelio de la Vega y su obsesión por Twitter y los comentarios metarreferenciales de su narrador, que sigue igual de genial que siempre.

La importancia de los secundarios

Petrs
Hay un aspecto de 'Jane the virgin' que se comenta pocas veces, y es la manera en la que ha ido profundizando en el retrato de sus secundarios y, sobre todo, de los que al principio parecían nada más que villanos de culebrón unidimensionales. Petra, por ejemplo, no deja de tener su lado un poco "maligno" si lo miramos desde los códigos de las telenovelas (ahora quiere tener un hijo de Rafael para recuperarlo de las "garras" de Jane, todo muy típico), pero la serie le ha dado cierto corazón y un toque cómico muy bien aprovechado.

Hay personajes que no han avanzado apenas, como Luisa Solano, cuyas escasas apariciones, la verdad, suelen ser tremendamente divertidas por su gusto por lo melodramático, pero hasta Rogelio es una persona más o menos normal que la caricatura de la estrella de los culebrones que era al principio, por muy genial que fuera. 'Jane the virgin' tiene la difícil misión de integrar un montón de elementos dispares en su trama, desde el drama familiar a la comedia absurda o la telenovela más desatada, y casi siempre logra el equilibrio entre todos ellos.

En ¡Vaya Tele! | 'Jane the virgin', el estreno con más encanto del otoño

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